Escribe Paco Mira:
HAY
UNA COSA QUE TE QUIERO DECIR:
¡POR FIN LA LUZ!, ¿O NO?
Hay cosas en la vida que creo que no
deberíamos darlas como ciertas, entre otras cosas porque lo más probable es que
no estemos seguros de ellas. Y no hablo a nivel de fe. ¡Cuántos de nosotros no querríamos,
en alguna ocasión, estar un poco a oscuras o en silencio, o huir del ruido, ….
Para encontrarnos con nosotros mismos! Sólo sabremos anhelar las cosas
importantes en la medida en la que notemos su ausencia. Y de eso saben esos
programas televisivos que tanta audiencia tienen, como por ejemplo “hay una cosa que te quiero decir”. Todos
los que van allí buscan. Buscan lo que han perdido, porque a lo mejor no han
sabido cuidarlo; buscan lo que necesitan tener porque su vacío no lo llenan con
nada ni con nadie…Buscar, ese es el verbo.
En nuestra vida, como en la vida de
los amigos de Jesús, me da la impresión que hemos perdido lo esencial por no
saber o quizás no querer cuidar lo importante y de no utilizar el verbo buscar.
Pedro y sus amigos lloraron amargamente cuando se dieron cuenta que para ellos
aquello había acabado; lloraron amargamente porque fueron capaces de negar
públicamente la evidencia y la realidad, quizás para no verse involucrados en
un proceso que, según ellos, se había acabado. Entraron en las tinieblas, en la
niebla de un día que no deja salir el sol; en nuestra querida panza de burro de la vida.
Sin embargo, es curioso, que cuando
alguien dijo que había algo extraño se pusieron a correr cual carrera de
puntuación. Querían ver, querían que la noche se hiciera luz, querían que los
nubarrones se volvieran rojizos porque eso era señal que haría un buen día. Por
eso, querido amigo, hay una cosa que te
quiero decir. Y te la quiero decir recordando a R.Kipling. Sí, el del libro
de la selva:
“ Si la luz de la luna
escurriéndose entre las hojas y ramas llega a iluminar el tronco fornido y
maravillados observamos como es y como era, es que algo nuevo nace en la
tierra.
Y si el fuego nos asombra en
la noche e imaginamos al verlo, sorprendentes formas, colores mágicos,
generosos dones, vidas que evolucionan y progresan, es que hay juventud en la
tierra.
Y si un pueblo, ni que sea
de un solo individuo, camina con decisión por caminos ignotos del hoy y el
aquí, sin vacilar y sin miedo, es que hay progreso espiritual en la tierra.
Y si alguien por pequeño y
único que sea, escudriñando en su ensueño es capaz de divisar un bello país
siquiera un instante y sus ojos sollozan de emoción y de gozo, es que hay
esperanza en la tierra.
Y si el Cristo encuentra
descanso en lo más hondo de nuestra morada interior, llenándola así de
optimismo, de coraje y de fe, es que hay salvación en la tierra.
Y si cada uno de nosotros se
abre confiado al
Amor y al Eterno, al enigma envolvente, al que con ternura está a nuestra vera,
y al que nos molesta e irrita con su compañía, entonces, solo entonces hermanos
sabremos que se celebra la Pascua en la Tierra”.
Por eso amigos hay una cosa que les
quiero decir. Que esta aventura que se ha iniciado hace dos mil años, merece la
pena; les quiero decir que la noche no puede con la claridad de la evidencia;
les quiero decir que la Vida ha vencido a la muerte. Vivamos la vida, seamos
amantes de la vida. Vayamos por las calles de nuestro pueblo, sin vergüenza,
diciendo que hay cosas que queremos decir y es que Jesús de Nazaret está vivo y
que gracias a esa maravillosa realidad nosotros seguimos su camino. Ojalá que
quien nos vea, sepa que en nuestra cara se refleja lo que decimos que creemos.
Es la mejor forma y manera de anunciar que Jesús de Nazaret merece la pena.
Recordar a los que están viviendo
una situación de tristeza, de dolor, de enfermedad (Suso Vega), para ellos
también la luz.
Felices Pascuas.
Hasta la próxima.
Paco
Mira
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.