sábado, 1 de marzo de 2014

Escribe Paco Mira: NO ES LO MISMO CENIZA QUE CENIZO

Escribe Paco Mira:
NO ES LO MISMO CENIZA QUE CENIZO
            Creo que casi todos lo entendemos, o al menos eso creo yo. Sin embargo en los tiempos que nos ha tocado vivir no siempre es fácil no agarrarse a un clavo ardiente, puesto que la solución nos la tienen que dar por algún lado. Agoreros del futuro, echadores de cartas baratos, consultadores de bolas, en definitiva cenizos de la vida hay muchos y lo malo no es que existan, sino que nosotros confiamos en ellos.
        Vamos a “abandonar” por un tiempo, el tiempo (perdón por la redundancia) ordinario, para adentrarnos en un tiempo que a mí personalmente me resulta curioso. Un tiempo que en otras ocasiones se retrataba como triste, oscuro, de lloro, de luto…. Y sin embargo es una mirada, en la distancia, a la luz, a la alegría, a la pascua.
        Y es curioso como los que nos llamamos cristianos entramos y salimos de un tiempo litúrgico y nos metemos en otro como el que entra y sale de casa, sin saber, creo yo, saborear lo que vivimos. La ceniza, en la antigüedad era símbolo de cambio, de rechazo de todo aquello que nos impedía poder contemplar la claridad de la Verdad. La ceniza era símbolo de abandono de una vida que no se correspondía con lo que Jesús quería en su evangelio.
        Hoy, la cuaresma a la que vamos a entrar, nos invita a centrarnos en los brazos de quien nos quiere con locura, por eso ya lo anuncia el profeta Isaías cuando dice “que si una madre abandona a sus hijos, yo los recogeré”. Dios pide que nos centremos en lo nuestro, que nos fijemos en lo que nos une realmente. La cuaresma nos va a retrotraer a nuestro bautismo. Sin duda, ¡qué mejor inicio!, que el bautismo de conversión.
        Vivimos momentos difíciles y complicados. No apretemos más el cinturón ni hagamos más agujeros, porque las barrigas ya no dan para más. Pero sí contemplemos las pobrezas de los semejantes que a gritos nos están pidiendo solidaridad. El Papa Francisco, nos invita en su carta a distinguir pobreza de miseria. No son la misma cosa ni queramos que lo sean. No funcionemos con el lamento de quien creemos que su sino es ese. No. Ayudemos a que ese mito se difumine y desaparezca. El pobre no es pobre porque le gusta, quizás sea pobre porque yo le he hundido en su miseria.
        Este fin de semana recordamos también a nuestros hermanos latinoamericanos de los que tantos tenemos por estas tierras. Es el día de Hispanoamérica. Recordémosle con cariño, pero sobre todo que pidamos por ellos. Quizás han entrado en eso que llamamos tercer mundo, ¿por qué?, sencillamente porque nosotros les hemos invitado a ello.
        Ojalá sigamos el ejemplo de Pablo que nos dice que la gente vea en nosotros administradores de la voluntad de Dios. Creo que no siempre cumplimos este mandato paulino. A lo largo de la historia y en nombre de Dios hemos hecho las cosas al revés, ¡con lo fácil que es hacerlas al derecho! Precisamente la voluntad de Dios es contemplar lo sencillo y lo humilde, por eso a través de Mateo se nos invita a contemplar los lirios del campo, las aves del cielo. No nos agobiemos por el mañana, ya cada día trae su disgusto y su alegría. Busquemos el reino de Dios y sobre todo su justicia.

Hasta la próxima
        Paco Mira


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