Escribe Paco Mira:
HOY
TAMBIÉN HAY MOTIVO
PARA ESCRIBIR
Me da la impresión que últimamente
tenemos que tener un motivo para poder dirigir unas letras: que si la Navidad,
que si la infancia misionera, que si Manos Unidas… y da la casualidad que esta
semana no hay una motivación especial para escribir un texto que tenga tema.
Sin embargo la motivación, mi motivación es sencillamente la de compartir con
ustedes ciertas reflexiones que me vienen a la mente.
Esta semana me gustaría recordar, en principio, dos hechos. Por un lado
el recuerdo para todos aquellos que físicamente no se encuentran en su mejor
momento. El día 11 fue el día mundial del enfermo y no quisiera que nos
olvidásemos de aquellos que nos van marcando un camino en la vida, nos van
dejando una huella y a veces esa huella no es todo lo recta que debiera
sencillamente porque el aspecto físico no deja lugar para ello. Vaya para
ellos, para los enfermitos, mi respeto y mi admiración.
Y por otra parte me gustaría
recordar a todos los enamorados. Quizás no tanto por lo de Valentín, que a lo
mejor también, sino a todos aquellos enamorados de la vida, a los enamorados de
la labor desinteresada que realizan, a todos aquellos que en un momento
determinado se enamoran de su trabajo e irradian esa alegría a los demás. Quizás
si todos nosotros tuviéramos un amor grande por todo aquello que realizamos, lo
más probable es que el sentido del humor sería de otra manera. Felicidades
también a todos los que irradian cada día una cara de agradecimiento por haber
comenzado una nueva labor al levantarse.
Deberíamos también felicitarnos por
la alianza; por alianzas que marcan pactos de amor, de humildad, de servicio…
Hoy el evangelio nos va a recordar temas, no de alguna actualidad, sino de
mucha actualidad, como no matarás.
Hoy la vida parece que cada vez tiene menos sentido, parece que cada vez cuenta
menos y no nos importa. Encendemos la televisión y ya somos capaces de comer
con la muerte en la pantalla, como si no fuera con nosotros. Se aprueban leyes
y enseguida – quizás sin analizarlo convenientemente o sí – decimos que nuestro
cuerpo es de cada uno y puedo (en detrimento de otros) hacer con él lo que nos
de la gana..
También se nos habla de no jurar en
falso. ¡cuánta actualidad tiene el tema!.¡ cuantos nos engañan jurando ante una
constitución o ante un crucifijo!. Igual también son de misa diaria. ¡Cuántos
adulterios!. Sin duda estamos ante una etapa de la vida que quizás, por
desgracia, nos prostituimos, nos vendemos al mejor postor… y no somos fieles a la
dignidad por la que hemos sido creados por amor.
Dejemos que sea el amor el que tenga
la última palabra. La Alianza del Antiguo Testamento, sin duda tiene su valor y
su vigencia en los tiempos actuales. Tendremos que ser capaces de descubrirla.
Hay normas que pueden ser útiles o que sin duda lo fueron, pero habrá que
revisarlas a los tiempos de ahora, puesto que las leyes no están hechas para
ahogar la vida de la persona.
Seamos fieles a los principios del
amor, fieles y estrictos con sus dictados, tanto en los momentos de vientos a
favor como de corrientes contrarias. No siempre ha de llover a gusto de todos,
pero todos podremos convivir bajo una misma lluvia. Quizás si combinamos el día
del enfermo con el día de los enamorados, enamorémonos de la vida, que merece
la pena.
No nos olvidemos de la carta de
Francisco, el Papa, con motivo de la cuaresma. Otro día lo comentamos.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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