viernes, 10 de enero de 2014

Escribe Paco Mira: DE MI AMIGO, LOS HIJOS, LOS LIBROS Y….¿BAUTISMO?

Escribe Paco Mira:
DE MI AMIGO, LOS HIJOS, LOS LIBROS Y….¿BAUTISMO?
             Tengo un conocido, que vive por las medianías de nuestra querida tierra, que tiene una extraña costumbre. Digo extraña, porque podría decir rara. Ambos adjetivos los utilizo para dejar claro que lo que mi amigo hace es algo que no se ve con asiduidad. Heredó de abuelo, a su vez de su padre algo curioso y por eso lo comparto con ustedes. He de decir que está casado y tiene tres hijos, de los que solamente le queda uno en casa, los demás se han independizado. Y la costumbre es que un día a la semana (en su caso creo que son los jueves), y durante una hora, la familia se dedica a la lectura. La familia comparte tiempo, espacio… a algo – como decía antes – raro: leer.
        A mí no me extraña lo de la lectura, me extraña el compartir y asumir en familia la necesidad de buscar el tiempo y el espacio para compartir una actividad que crea cultura, ganas de estar juntos para hacerlo, desechar cosas los jueves, porque tengo una actividad familiar…. y todo mi amigo lo heredó de su familia: sus abuelos, sus padres….claro, la biblioteca que tienen en su casa es inmensa y la cultura personal enorme.
        Ustedes se preguntarán por qué les cuento la vida de mi amigo. Me viene a la mente, porque este domingo celebramos el Bautismo del Señor. Y es curioso que en la antigüedad el bautismo no era una necesidad imperiosa de nada, sino la conclusión de un proceso asumido, aceptado y compartido con la comunidad. Esta abría los brazos y cual madre, acogía a los que de corazón querían acercarse a ella.
        Yo me pregunto si nuestros bautismos actuales, son la conclusión de un proceso lógico. Digo que no. Y digo que no porque quien se bautiza no decide, deciden por él. Pero quien decide por el que se presenta, no sé si será como mi amigo, que por educación, por convicción, por conclusión lógica de un proceso…sabe que los jueves tiene que leer. Hoy no sabemos si los que acercan catecúmenos, tienen claro que el bautismo no es la entrada a ningún cine o teatro, aunque a veces lo parezca.
        El evangelio de este domingo, nos va a invitar a este es mi Hijo amado, el predilecto…el domingo pasado nos recordaban la humanidad y divinidad juntas  al principio existía la palabra junto a Dios pero ahora esa palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. Lo hizo como nosotros, en la humildad de un niño y en un pesebre. Este domingo nos invita a empezar a recorrer un camino. Un camino que no será fácil, no será un camino de rosas, es un camino de dificultad y sacrificios a veces.
        Mi amigo para poder sacar tiempo para la lectura, los jueves, tiene que renunciar a más de una cosa. Sus hijos también. Pero saben que es una forma de hacer familia, de compartir tiempo padres e hijos, de intercambiar experiencias por lo leído. Me gustaría que los padres que acercan a sus hijos al  bautismo, signifique el orgullo de un proceso que lo más probable también sea heredado. Me gustaría que los padres, en la medida que sus hijos van creciendo, compartan con ellos tiempo y espacio del por qué de la decisión de acercarlos a la pila bautismal. Solo así, quizás podrán decir orgullosos, este es mi hijo/a amada en quien hoy me complazco.
        De no ser así, seguiremos preguntándonos ¿dónde quedan todos aquellos que acercan a sus hijos al bautismo?. Quizás, como mi amigo, porque no compartimos la experiencia que nos ha marcado la vida y que lo más probable es que en la etapa de su crecimiento hablemos de muchas cosas, pero quizás de Dios no tengamos tiempo.

        Hasta la próxima

        Paco Mira

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