EL RUIDO DE LA CARRETA VACÍA
Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un
pequeño silencio me preguntó:
“Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?”
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: “Estoy escuchando
el ruido de una carreta...”
“Eso es” -dijo mi padre- “es una carreta vacía”.
Pregunté a mi padre: “¿Cómo sabes que es una carreta
vacía si aún no la vemos?”
Entonces mi padre respondió:
“Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido.
Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.
Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando noto a una
persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo
inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de
menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
“Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás
descubrirlas.. Nadie está más vacío, que aquel que esta lleno del ‘Yo
mismo’.
A la Virgen María le decimos lo mismo que le dijo su prima Isabel: DIOS TE SALVE MARÍA, LLENA ERES DE GRACIA…
(llena de virtudes: santa, generosa, buena,
sencilla, solidaria, generosa… respetuosa, orante…)
¿Iba diciéndolo por ahí? No. Calladita. Sin hacer ruido…
San José ¿cómo era?: Obediente a Dios, reflexivo, bueno, respetuoso…. ¿Lo
iba diciendo por ahí? El evangelio no dice ni una sola palabra suya. Dice que
era justo y que era bueno. Pero no lo decía él de sí. No hacía ruido.
Hay gente que anda pregonando todo lo
que hace por los demás, todo lo que reza, lo trabajadora que es, las buenas
notas que saca, el corazón que tiene, lo católicos que son… Y se creen importantes,
sabios, listos…. Hay gente que se pelea por ser el primero… Hacen mucho ruido.
Jesús nos invita a no considerarnos mejores que nadie. A ser humildes. A valorar a los
otros. A ocupar el último puesto. A no hacer ruido…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.