CARTA AL
VIENTO
MÁS
PAPISTAS QUE EL PAPA
Qué cosas. Una expresión que,
hasta ahora ha sido bastante peyorativa
pudiera, con el papa Francisco, convertirse en positiva. En su origen, la
expresión “ser más papista que el papa” era más bien “ser más católico que el
papa” y se utilizaba para referirse a
una persona muy estricta que aplica una creencia o una ley con más exigencia que quien la creó. El nuevo papa
Francisco está logrando que los “más papistas” y fanáticos que existen en todas
las instituciones se muerdan un poco la
lengua y moderen sus formas de actuar.
Más papistas que el papa son, por ejemplo, los que se escandalizan o
critican algún estilo pastoral que se sale de lo que “siempre se ha hecho así”,
o los que no conciben que un cura pueda ejercer también con un trabajo ajeno a
la parroquia o tengan un compromiso social o político. O los que se tiran de
los pelos porque alguien celebre la misa sin casulla o utilice el “ustedes” en
vez del vosotros. Más papistas, los que
se sienten molestos porque una mujer presida una celebración de la
Palabra o porque en la misa se rece siempre por todas las intenciones de los
feligreses sin poner coto a si se nombran tres o veinte. Más papistas son quienes
ejercen de controladores de los que no piensan o actúan como ellos. De los hipócritas que filtran un mosquito (¿Dónde habré leído
yo eso?) y sin embargo se tragan un
camello o cumplen las leyes fáciles cotizando tal vez por la hierba luisa y el hinojo pero descuidando
lo esencial de la Ley: la justicia y la misericordia. Papistas Intransigentes
con los creyentes casados por lo civil a quienes no se permite dar clases de
religión ni comulgar y permisivos con amigos profesores de religión que en clase se
burlan de los jóvenes creyentes.
Y no crean que sólo en la Iglesia hay más papistas que el papa. Ahí
tienen a muchos políticos que, por ser fieles a las ideas de su partido, actúan
en contra de la justicia y su propia conciencia. A policías y jueces que
aplican la ley a rajatabla sin tener en cuenta a la persona como si la ley
fuera siempre lo más importante. A Colegios concertados que, a la hora de
admitir a un alumno, si es de poco poder adquisitivo, se le aplica la norma menos ventajosa, la más papista, justo lo contrario de lo que se permite a los
hijos de padres con dinero. Más papistas que el Papa son muchos ateos progres
que acusan a los cristianos de fanáticos y ellos son los intolerantes a
quienes les encanta andar criticando sin contemplaciones a los
creyentes, aunque luego pongan a su hijo a estudiar con los jesuitas. Y los
que niegan cielo, infierno o resurrección sin respeto a los creyentes y al
mismo tiempo mandan a su hijo a catequesis para que hagan la primera
comunión.
Cuando uno empieza a descubrir a un papa Francisco que sale a la calle
a tirar la basura, que celebra la misa diaria sin papeles ni rollos que nadie
entiende, que llama la atención a los
que en la Plaza de San Pedro vocean el nombre del Papa y les dice que eso está
mal, que proclamen el nombre de Jesús pero no el suyo; que habla como habla
todo el mundo, que se quita ropajes innecesarios herencia de épocas imperiales,
que destituye a personajes que han estado utilizando el Vaticano para sus negocios
y sus prebendas y blanquear dinero, que invita a los curas y obispos a no
discriminar a nadie, que habla de no
poner leyes pesadas a los demás (Je. Igualito que dijo Jesús de Nazaret pero
esto se nos había olvidado. Claro, han pasado tantos años…) entonces uno
piensa: Qué bueno sería que encontráramos a personas más papitas…que el papa
Francisco. Dispuestos a vivir su vida cristiana o su militancia social o política con más sencillez, con más humildad, sin abusos, sin andar siempre mirando la
irritación del ojo del vecino sin caer en la cuenta de que él anda ciego del todo (esto también me
suena de haberlo leído en algún sitio). Qué bueno encontrar personas, me da lo
mismo que sean creyentes o no, capaces
de no andar siempre mirando y criticando los tremendos defectos de los que no
piensan como nosotros sin darnos cuenta que de eso mismo, probablemente,
andamos sobrados también nosotros. Pero no crean que es fácil. Algunos se sienten
molestos porque este papa les está haciendo cambiar el paso o al menos tienen
que disimular. Por eso sigue habiendo quienes, olvidándose del papa actual y,
pensando mucho más , tal vez, en Fray Ambrosio II el Intolerante , son más
papistas que… aquel papa. A pesar de todo, estamos en una época de mucha
esperanza. Yo, la verdad, estoy muy contento.
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