Un año más, un numeroso grupo de personas subió en la tarde de este 3 de Mayo hasta la cruz colocada en la Montaña del Cabezo. Allí se leyó un trozo de la carta a los filipenses y se compartió la merienda. Todo, con mucha alegría. Después de la lectura, cada uno de los presentes depositó una pequeña piedra junto a la cruz para expresar el deseo de colaborar a que la comunidad cristiana viva el amor y la unidad a la que Jesucristo nos invita desde la cruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.