lunes, 18 de febrero de 2013

Compartiendo vida... Única en mi mundo


Compartiendo vida... Única en mi mundo

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Mi flor es única en el mundo. Es especial, mágica, transformadora, inigualable, sin modelos clonados... Es sublime para mi.
Mi flor embellece mi planeta y, desde el silencio, susurra a mi oído palabras de amistad, cercanía, verdad y autenticidad.
Mi flor es mi interior, con sus luchas y sus logros.
Sin esa flor mi vida carece de sentido, solo pensar que muriese me lleva a imaginar un mundo oscuro, gris, tenebroso y lleno de misterios por resolver.
Mi flor calla, enmudece ante el discurso de mi corazón, tan solo está ahí, estirada y agarrándose a la tierra de la que forma parte, para decirme que yo también formo parte de ella.
Si no la riego languidece y si no tiene luz definitivamente perece.
Quiero cuidar esa flor que da sentido a lo que soy y a lo que hago, quiero embellecerla... No siempre es posible porque a veces olvido que esa flor está viva y es esencial en mi... pero hoy la contemplo con dulzura y ternura para decirle en voz baja: "Eres única para mi".


¡No estés en la luna! Viaja hacia la Pascua

‎Hoy, ‎18‎ de ‎febrero‎ de ‎2013, ‏‎Hace 2 horas | noreply@blogger.com (Pastoral Reflejos de Luz)Ir al artículo completo

Hazme payaso


Anda, pasa.
Pasa, anda,
no tengo más remedio que admitirte.
Tú eres el que viene cuando todos se van.
El que se queda cuando todos se marchan.
El que cuando todo se apaga, se enciende.
El que nunca falta.
Mírame aquí,
sentado en una silla.
Todos se van, apenas se entretienen.
Haz que me acostumbre
a las cosas de abajo.
Dame la salvadora indiferencia,
haz un milagro más,
dame la risa,
¡hazme payaso, Dios, hazme payaso!

Gloria Fuertes

Sabías que... Cuando nos resfriamos nos volvemos poco sociables


Cuando enfermamos por un simple resfriado, junto a la fiebre aparecen síntomas como dificultad para conciliar el sueño, pérdida de apetito y ansiedad. Incluso es posible que nuestra capacidad de concentración disminuya, que nos sintamos deprimidos y que exhibamos comportamientos antisociales. En otras palabras, los procesos inflamatorios de nuestro cuerpo provocan cambios evidentes en el estado de ánimo. Estudios recientes apuntan a que las responsables de este desbarajuste emocional son las citoquinas, proteínas producidas en respuesta a la enfermedad y consideradas los “gladiadores” del organismo.

Es más, ni siquiera hace falta estar enfermos para que las citoquinas hagan de las suyas. En personas obesas, por ejemplo, la probabilidad de sufrir depresión es de 2 a 3 veces más alta debido a que el tejido adiposo – la grasa- es una fuente importante de citoquinas. El interferón alfa, una citoquina usada para tratar la hepatitis C, estimula un área cerebral implicada en la detección de errores y conflictos que nos vuelve más desconfiados y suspicaces, según ha demostrado Andrew Miller, de la Universidad de Emory (EE UU). Y en un estudio dado a conocer en la revista Neuroimage, Naiomi Eisenberger, de la Universidad de California (EE UU), ha llegado a la conclusión de que ciertas citoquinas aumentan la actividad en zonas del cerebro encargadas de la empatía, es decir, la capacidad de ponernos en el lugar de otras personas.

Compartiendo vida... Tus decisiones

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Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos tomamos decisiones que van configurando aquello que somos y marcando el destino por el que optamos.
El hecho de levantarse por la mañana ya es una decisión, y el cómo vivimos cada minuto de nuestra vida son opciones que nos ofrecen posibilidades de ser y dar sentido a aquello que somos.
La pluma con la que escribimos cada instante de la vida es guiada por nuestra mano, y desde ahí trazamos lineas rectas o curvas, tachones o letras limpias, palabras con sentido o frases carentes de él... Somos nosotros los que decidimos el resultado final de ese papel en blanco que vamos convirtiendo en un elemento transmisor de nuestras decisiones.
El destino no está escrito, pero el camino hacia él sí porque es este mismo momento, el aquí y ahora.
Para que la pluma escriba es necesario un tintero que dé color a nuestra escritura, sin ello nuestros trazos serán invisibles y no dirán nada a nadie, ni a nosotros mismos.
¿Con qué tintero impregno la pluma de mi vida? ¿que tipo de papel escojo para escribir? ¿dónde y cúando escribo? ¿cómo son los rasgos?...
"Dios escribe derecho en renglones torcidos" ¿y yo?

Encar_AM

Visita a la Catedral de Burgos

Visita la Catedral de Burgos desde tu ordenador en este enlace http://www.catedralhd.com/vistageneral.html

Cambiar yo para que cambie el mundo

El sufi Bayazid dice acerca de sí mismo:
"De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: 'Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo'."
"A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: 'Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho'."
"Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: 'Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo'. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida."
Hacer una cosa "a la chita callando" significa hacerlo con mucho sigilo, con disimulo o en secreto. Hay diversas teorías sobre su origen. Según algunos expertos como Julio Cejador, su origen se remonta a un antiguo juego llamado chita que se jugaba con tabas o huesos (astrágalos). Otros lingüistas aseguran que se remonta a la Edad Media, cuando en la época almorávide los árabes introdujeron en España un felino parecido al guepardo, llamado saeta o chita, que por su agilidad y ferocidad se utilizaban para cazar. Cuando Alfonso X decidió prohibir su uso con fines cinegéticos, muchoas cazadores siguieron usándolo a escondidas.

Por su parte, José Luis García Remiro, en el libro ¿Qué queremos decir cuando decimos?, defiende que derivaría “del interjectivo ¡chist!, que es un gesto sonoro que utilizamos para imponer silencio cuando necesitamos que nuestra llamada se sobreponga y no quede ahogada por el griterío que queremos acallar”. De la misma familia es Chitón, “una palabra para imponer silencio, que solemos decir poniendo el dedo en la boca”, concluye García Remiro.

Mi página en blanco


Señor, otra vez bajo mi mano, un papel en blanco.
Conforme escribo parece que va naciendo vida, cada vez más intensa.
Y otra maravilla, Señor, en él, te veo.

Sobre la vida en blanco que me has dado,
voy escribiendo cada segundo mi pensar, mi sentir, mi vivir,
como mensaje de luz o tinieblas, como canto o grito,
como sonrisa o llanto, como espejo o proyector.

Mi vida es una página. Cada letra es mi firma.
Pero es curioso, Señor que, en el papel,
vea también a los demás, a miles de rostros.

Saboreo todas las palabras como puente fantástico
que me comunica con muchos.
Veo las letras como entramados sólidos
que unen tantos lazos ideológicos.
Pero también veo, Señor, mis palabras
como barreras que me separan de los otros.

Yo sé, Señor, que para Ti todas nuestras páginas
son interesantes.
Yo sé que guardas fotocopia de todas como si fueran una obra de arte.

Al final de esta página,
algunos, los sabios y los listos, me dirán:
“has emborronado una página”,
los sencillos probablemente digan:
“Gracias porque has puesto corazón en estas líneas
que dan luz y calor”.
Mis amigos dirán:
“Gracias, ya tengo algo más de tu vida”.
Y Tú, Señor, se que dirás:
“Esta página la guardo conmigo porque la hemos escrito entre los dos”.

Quiero ser siempre página en blanco... escribe lo que quieras, Señor.
Tu pluma no araña, ni mancha.

O si prefieres, Señor, escribamos entre los dos, guía tú mis dedos,
seguro que la página de mi vida se entiende mucho mejor.

Vía Crucis para los más pequeños


En este enlace podréis acceder a una web donde explican el Via Crucis a los mas pequeños.
Fuente: http://www.erain.es

¿Cuál es el origen de la expresión “llevarse el gato al agua”?



El dicho se emplea para expresar el éxito de una persona en conseguir un objetivo difícil, que también otros perseguían.
El origen de la frase es incierto. Sebastián de Covarrubias, en su obra Tesoro de la Lengua Castellana, propone el siguiente: “Antiguamente debieron de usar cierto juego en la ribera del río con un gato, y ganaba el que le metía dentro de él; pero como se defiende con uñas y dientes, era dificultoso y peligroso”.
Sin embargo, para Rodrigo Caro, el dicho procede de otro juego. Éste consistía en fijar verticalmente en el suelo un madero horadado en su extremo superior. Por el agujero se introducía una soga, se ataban los extremos de ésta a los contendientes, vueltas las espaldas, y ganaba el que hacía subir al otro a lo alto del madero. “Otras veces lo hacen sin echar la soga por la viga, sino en el suelo, cerca de un charco o lodo; y porque el que más puede lleva al otro, yendo a gatas, para echarlo al agua, le llaman llevar el gato al agua”, señala Caro.

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