martes, 3 de abril de 2012

DIARIO DE UN CURA PENSAMIENTOS EN UN DÍA MUY ESPECIAL

DIARIO DE UN CURA PENSAMIENTOS EN UN DÍA MUY ESPECIAL

Hoy, Martes santo, todos los curas de la diócesis celebramos en la catedral la Misa Crismal en la que renovamos nuestras promesas de ser fieles a nuestra vocación sacerdotal. Prometimo una vez más intentar vivir de acuerdo con el evangelio, en comunión con la Iglesia y con obediencia a nuestro Obispo.Renové con mucho gusto mi sacerdocio y me alegré de tener tan buenos compañeros en el presbiterio. En este día nos vemos casi todos y nos saludamos con efusión. Disfruté en este sentido. De todos modos, la misa me pareció un poco sosa y un poco larga. Faltó algo más de alegría como la fecha merece. A ver si se corrige en los próximos años.

Me hizo reir mucho hoy un niño. Me comentó muy seriecito que alguna vez le pega a su hermano de sólo cuatro años. Le dije que eso no lo debía hacer. Y él sin perder la seriedad, me aclaró:
-No, pero no le llega a salir sangre....

No me hace reir nada leer un comentario anónimo  en este blog en donde se habla mal de una muy buena catequista. Siento decirle a esa persona que es muy`poco ético y nada cristiano  hablar mal de alguien en un lugar como este y no tener la valentía de dar su verdadero nombre. Sólo me cabe la esperanza de pensar que esa persona al menos nada tendrá  que ver con la parroquia. En todo caso, deseo de corazón que reconozca el mal que ha hecho y no lo vuelva a  hacer con nadie y en ningún sitio.

Hoy, día de la renovación de las promesas del sacerdocio, comenté varias anécdotas vividas con algunos compañeros.
En mi primer año de cura, Juan Morales (natural de sardina) tocó en  la casa parroquial donde yo vivía en Telde con otros compañeros. Yo estaba solo. Y , como soy algo despistadillo, no lo reconocí. El con mucha confianza se sentó en el salón y a la media hora más o menos como no se marchaba le invité educadamente a que se marchara... Cuando me dijo: Yo soy cura del Hospital y compañero de Pepe Díaz ( el otro cura) me quedé todo cortado por la vergüenza. Han pasado más de 30 años y, cada vez que me ve me lo recuerda, por ejemplo hoy.
   Y estando yo de cura en Vecindario, en la fiesta de San rafael , en la Ofrenda de los niños, yo celebré la misa vestido de canario. En esto apareció un compañero amigo, Antonio Berriel (que ahora es cura en Doctoral), subió al altar  y me dijo por lo bajo: Si ahora llega a venir el Obispo y te ve así, ¿te imaginas lo que puede pasar? Yo le comenté espontáneamente:
-Del obispo no tengo miedo, del que sí me daría miedo es del Vicario (que entonces era Mariano Medina). Lo malo es que, por la confiaza que había, a los dos o tres días nos encontramos los tres, Antonio, Mariano y yo, y va Berriel y le cuenta a Mariano lo que yo había dicho... En todos estos años he tenido que escuchar a Mariano que me pregunta ¿Todavía me tienes miedo?
 -Es normal que en las fiestas de los pueblos, el párroco del lugar invita a almorzar a los compañeros que van a la procesión. El primer año de yo ser cura y estaba de párroco en Ojos de Garza. Entoncer yo, recién salido del cascarón,  tenía mucha sensibilidad por lo social y quería cambiar el mundo. Y no me parecía justo que cuatro o cinco compañeros comieran a costa de la parroquia o de un pobre cura como era yo. Cuando llegó la fiesta de Santa Rita, invité a comer a los sacerdotes que allí llegaron. Fuimos a un restaurante en Las Majoreras. Al finalizar dije que yo creía que cada uno debía pagar su almuerzo. Ellos quedaron muy sorprendidos. Me acuerdo que estaba también  D. José Cárdenes (e.p.d.) que era cura de Agüimes y dijo que él no llevaba dinero encima. Entonces D. José Díaz (el de Carrizal) dijo que él pagaba el de D. José Cárdenes. Lo malo fue que cuando yo iba a pagar el mío...tampoco encontré dinero en la cartera y tuvo que pagarlo también Pepe Díaz. Todavía algún compañero me lo recuerda cuando voy a alguna fiesta.

Quiero hacer mención de Pablo Prieto que hoy fue enviado por nuestra diócesis como misionero a Nicaragua. Pablo, con 35 años, es un cura muy dinámico, abierto, alegre. Tuve la suerte de tenerlo como seminarista cuando yo estaba por Tamaraceite. Nos hicimos muy amigos. Mientras estuvo de cura en Haría (Lanzarote) siempre tuvo el detalle de enviarme una botella de vino casero cuando iban por allí sus padres o algún amigo. Pablo es una persona inquieta, muy espiritual. Hará un servicio muy bueno en Nicaragua en donde trabajará con Isidoro Sánchez otro cura canario excelente y buen amigo.  (En la foto, El Obispo da un abrazo de despedida a Pablo, en la misa Crismal de esta mañana)
Bueno, hay más, pero vamos a dejarlo para otra ocasión. Por ejemplo lo de la misa en dos partes, una él y otra yo, con Manolo Merchán (el de Maspalomas), la conferencia con D. Hermenegildo en Lomo Magullo, cuando me nombraron cura de La Aldea, etc. etc. Hay anécdotas para un libro completo.
Y hoy quiero terminar este Diario con una oración por los compañeros sacerdotes enfermos, en especial por Pedro Monzón y Santiago Suárez que están en una situación bastante difícil.

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