viernes, 11 de noviembre de 2011

A propósito del Día de la Iglesia Diocesana

CARTA AL VIENTO: LA RIQUEZA DE 


LA  IGLESIA Y LA  JMJ

    

Me lo contaron los chicos de un Instituto. Unas alumnas, hace sólo unos días,  acudieron al centro con la mochila de la JMJ.  El profesor de Ética les llamó la atención por lo que él consideraba una publicidad religiosa en un centro que no lo es. Y aprovechando el momento expresó en clase su desacuerdo con la jornada Mundial de la Juventud y fue un poquito más allá. Dijo algo así como que los jóvenes que fueron a Madrid son unos ignorantes y que están siendo engañados. Y que la Iglesia se está aprovechando para sacar de todo un beneficio económico ya que la Jornada de la Juventud, afirmó, fue costeada con subvenciones del Gobierno….
     Algunas chicas que estaban en la clase y que habían participado en la JMJ, protestaron por lo que el profesor decía y afirmaron una y otra vez que ellas se habían pagado el viaje y la mochila y que se sentían totalmente libres para ir a la parroquia o no y de participar o no participar en la Jornada de la Juventud.
     Yo pensaba que  los indignados con la visita del  Papa a España, y sobre todo  con la fe de muchos   jóvenes, ya estaban tranquilos y que se habían convencido  de que la venida del Papa fue un beneficio económico para nuestro país y que la presencia de los jóvenes en la capital de España supuso una inyección de alegría y valores espirituales de los que tan faltos estamos. Pero no, aún queda alguno que no se ha enterado y que aprovecha las clases de ética para faltar el respeto a los discípulos. Precisamente en una clase de Ética, qué ironías.
    Estos chicos que fueron engañados a Madrid, según usted, querido profesor, tuvieron que buscarse el dinero haciendo actividades durante todo un año y así poder pagarse el viaje. Y la Iglesia no se aprovechó de ellos sino que les ayudó  incluso económicamente y les apoyó para que pudieran  compartir su experiencia con otros jóvenes del mundo entero. No son jóvenes que estén todo el día metidos en la iglesia, ni chicos y chicas fanáticos de la religión. Son, sencillamente, jóvenes que quieren conocer mejor a Jesús y vivir como cristianos y allí se han encontrado con Él.
    Qué raro que el profesor no se haya dado cuenta de  que esos chicos a los que trata de ignorantes, son ahora más responsables y más alegres y más estudiosos. Bastaría con comparar las notas de estos primeros meses con las del curso pasado. O comprobar cómo participan en clase. Nosotros en la parroquia sí que lo notamos. Y les animamos a estudiar y a participar y a escuchar con respeto a los profesores, incluido el de Ética.
    Haber ido a la JMJ no es ninguna vergüenza sino todo lo contrario.
    La riqueza que nuestra parroquia y nuestra Iglesia diocesana busca no tiene nada que ver con el dinero. Nuestra mayor riqueza está en los jóvenes que intentan conocer y vivir el evangelio; como los  que en Madrid fueron insultados por algunos el día de la manifestación en contra del papa. A lo mejor no sabe usted que los casi dos millones de chicos y chicas  que acamparon en Cuatro Vientos  toda una noche no crearon ningún conflicto. Convivieron pacífica y fraternalmente y allí no hubo ni una borrachera ni un pleito. Eso es lo que hay que valorar. Muchos de ellos  se acercan libremente, cada semana, a la parroquia y libremente opinan. Son un ejemplo de alegría y de esfuerzo. En el día de la Iglesia diocesana  que celebramos este domingo 13, los mayores entregamos un poco de dinero porque también se necesita para que la Iglesia cumpla su misión. Pero los jóvenes no ponen euros, ponen algo más importante. Ponen esos valores de los que tan necesitada está la sociedad: Entusiasmo, fe, sinceridad, tolerancia, respeto, capacidad de amar y de  perdonar.
   Aunque usted no sea creyente, estimado profesor de Ética, reconozca esos valores en los jóvenes cristianos. Y no intente desanimarles. Primero, porque no lo va a lograr. Y segundo porque con esa actitud es usted el que se está desprestigiando. Y eso ellos no lo quieren  para usted. Y yo tampoco.  

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