viernes, 14 de octubre de 2011

CARTA DE ISIDORO SÁNCHEZ, MISIONERO CANARIO EN NICARAGUA


CARTA DE ISIDORO SÁNCHEZ,  MISIONERO CANARIO EN NICARAGUA

EL IPAC: ¿QUÉ ES EL IPAC? LOS CATEQUISTAS O

DELEGADOS DE LA  PALABRA 


Dentro de unos días celebramos el DOMUND, el día de las Misiones.  Isidoro Sánchez López es un sacerdote canario que hace años dejó nuestra Diócesis para marchar de Misionero a Nicaragua. Desde allí nos cuenta su experiencia en la formación de líderes o Delegados de la Palabra. Una experiencia interesante que vale la pena conocer. Léanla. 
En mi último reporte les decía que en el mes de agosto no había podido dar señales de vida por lo del IPAC, y prometí hablarles de él. No se trata de un huracán o de un virus, sino de una actividad de formación de los líderes de nuestras comunidades campesinas a los que llamamos delegados de la Palabra. ¿Qué sería de nosotros sin ellos? Ellos son como los párrocos de nuestras aldeas. Cada domingo convocan a la comunidad en la capilla del poblado para celebrar la Palabra de Dios de una manera viva y alegre: buscan quienes proclamen las lecturas bíblicas y ellos las explican y comentan; ayudan a orar a la comunidad reunida; garantizan que haya un buen coro que toque guitarra y otros instrumentos locales; también ellos dirigen las asambleas de revisión de la marcha de la comunidad. Se ocupan igualmente de que no falte la visita a los enfermos, la catequesis a niños y jóvenes, el acompañamiento a las parejas que se casan y a las familias con dificultades. Cuando el sacerdote llega a su poblado (normalmente una o dos veces al año), el delegado garantiza que su comunidad esté preparada para celebrar los sacramentos (bautismo, confirmación, matrimonio), y la Eucaristía de ese día es todo una fiesta pascual en esa comunidad. Sin los delegados de la Palabra en las comunidades, toda la gente de nuestras innumerables aldeas o poblados se habría hecho evangélica por falta de atención espiritual. Estos campesinos pobres, varones casi todos, honestos y convencidos en su fe son elegidos por la comunidad, y la comunidad los respeta y acepta como sus verdaderos dirigentes.
Pero a estos líderes, lógicamente, hay que capacitarlos para que puedan ejercer estas funciones. La mayoría de ellos sólo tiene un nivel académico elemental y primario. Algunos incluso son analfabetos y, al no saber leer, son sus hijos o un vecino quienes les leen las lecturas bíblicas; ellos escuchan esas lecturas y las interiorizan y, el domingo las comentan a la comunidad con aplomo y verdadera hondura. A D. Chico, que no sabe leer, le he escuchado en alguna ocasión unas reflexiones dignas de ser transmitidas por radio. ¿Cómo se prepara a estos líderes? Ahí es donde viene lo del IPAC.
IPAC significa Instituto de Pastoral Campesina. Intensivo el trabajo del equipo de profesores e intensivo el esfuerzo de los alumnos campesinos. Durante tres semanas completas, en el mes de agosto, estos hombres de la montaña dejan sus tierras y sus hogares para llegar a Bluefields a unas jornadas intensivas de formación con talleres sobre Biblia, Cristo, Iglesia, Sacramentos y, Vida cristiana. También se les da refuerzo de lectura y escritura. Se celebran sesiones de reflexión sobre los problemas que vive la gente en sus comunidades y se busca con ellos caminos de respuesta a esas situaciones. En sesiones de mañana y tarde, siguiendo una programación de cursos breves y sencillos y una metodología ágil y dinámica (les encantan las dinámicas de animación) van adquiriendo un bagaje formativo que enriquece esa sabiduría profunda que caracteriza a estos campesinos que, en la vida sosegada del campo, han ido construyendo un mundo personal sorprendente de sensatez y de convicciones 


profundas. Ellos llegan al IPAC, tras un largo viaje a pie o en bestia hasta subir a las embarcaciones que por los ríos llegan a Bluefields. Y ellos parten del IPAC de regreso a sus lugares con el orgullo de haber hecho una buena inversión de su tiempo.
Ciento cuarenta y seis han sido los participantes del IPAC de agosto del 2011. Y en las fotos podrán ver algunos de sus rostros y advertir su entusiasmo.



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