lunes, 13 de junio de 2011

DIARIO DE UN CURA: NO SÉ LO QUE ME PASA...

DIARIO DE UN CURA:

No sé lo que me pasa

Tomás es un niño que hizo la primera comunión hace quince días. Hoy me lo encontré al llegar a la iglesia y se acercó  a decirme:
-No sé lo que me pasa. Pero después que hice la primera comunión  me porto mejor en clase y todas las cosas me salen mejor…
Me gustó la sencillez de Tomás y durante todo el día he estado pensando si también  a mí me ocurre que “No sé lo que me pasa”.  Y  sí. Porque no sé lo que me pasa cuando veo detalles como el de Evelyn que con apenas seis años hoy me dio la sorpresa regalándome un dibujo suyo, con firma y todo, por mi pasado cumpleaños. Tampoco sé lo que me pasa con las primeras comuniones, que en estos últimos años me resultan bastante más agradables. Por ejemplo ayer, en Playa de Arinaga, a pesar de que fueron tres celebraciones casi seguidas, resulta que disfruté sobre todo con la buena actitud de los niños y sus padres.
No sé lo que me pasa, Tomás, que cada vez soporto menos las críticas. En esta pasada semana estuve pensando si poner en la sacristía un letrero que dijera algo así como “Se prohíbe criticar” o “En este lugar sólo se puede hablar BIEN de los demás”.
Esta tarde, después de la misa de La Goleta, decidí ir a la playa a darme un chapuzón y caminar. Invité a algunos, pero ya habían estado por la mañana. Me fui solo a Playa del Inglés y, cuando ya me disponía a echarme el bañito, veo que al lado mismo estaba una familia de la parroquia. Nos saludamos, nos dimos unas bromas y uno de los niños me dijo:
-Yo sabía que tú ibas a venir a la playa.
No sé cómo pudo adivinarlo, pero acertó. La playa me supo a gloria. Aproveché para, mientras caminaba hasta Maspalomas o volvía, organizar mentalmente algunas actividades, cantar y pedir el Espíritu Santo y acordarme, no lo sé por qué, de la muerte. No sé lo que me pasa, pero el tema de la muerte viene frecuentemente a mis pensamientos. Pero no con pesimismo o miedo, sino como algo natural que no llega a inquietarme lo más mínimo. Por cierto, ¿está bien dicho eso de “lo más mínimo o bastaría decir “lo mínimo”?
No sé lo que me pasa, pero ya hacía tiempo que no me paraba a escribir este diario. Tal vez porque cuando llegan estas horas de la noche el sueño me puede. O porque uno se deja llevar de la comodidad. O porque no surge la chispa que casi te obliga a escribir. No sé lo que me pasa…



  


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