domingo, 17 de abril de 2011

DIARIO DE UN CURA: SENTIMIENTOS

DIARIO DE UN CURA: SENTIMIENTOS
     Angelita me comunicó  antes de ayer que deseaba recibir  el sacramento de la Unción porque le han detectado un tumor maligno y está ya bastante avanzado. Por la tarde me fui a su casa. La encontré fuerte y muy muy valiente. Me senté  en su habitación con ella y su hija. Hablamos de la enfermedad y también de la muerte. Ella lo tiene muy asumido, a pesar de que sólo  hace unos días que se lo comunicaron. En todo momento habló de la muerte  con naturalidad y con mucha confianza en Dios.  Me pidió que fuera yo quien, cuando llegue el momento, celebrara su funeral. Yo la miraba con admiración, aunque la verdad, siempre la he admirado por  su fortaleza, por su fe y su gran sensatez para encontrar siempre la palabra adecuada, para hablar con libertad sin dejar de ser prudente; creo que ha recibido el Don de Consejo que el Espíritu Santo concede a algunos. Le dije que, después de todo, no deja de ser una suerte, una bendición, conocer aproximadamente cuándo va a llegar nuestra hora. Luego rezamos por ella y por su hija y por Zenaida, una joven vecina que también está tocada por la enfermedad. Recibió el sacramento de la Unción y se creó un clima espiritual que creo nos ayudó a los tres. Me vine con un doble sentimiento: la alegría de compartir este momento tan especial con Angelita y la pena de su enfermedad. Han pasado ya dos días y lo sigo viviendo con la misma intensidad.
     El domingo de Ramos  también lo he vivido con  sentimientos compartidos. La participación ha sido muy buena en las dos parroquias y las catequistas se esmeraron en preparar a los niños que vinieron con  pancartas y mucha mucha alegría. En los tres sitios en los que celebré, Cruce, Arinaga y Las Rosas, disfruté de la celebración. Hasta mi afonía se alivió hoy  a pesar de tener que cantar y hablar más que de ordinario.  Pero me he quedado un poco frustrado por no atender con más paciencia a la señora que, al acabar la misa del Cruce, me hablaba de la cena que organiza Afesur y que yo había anunciado. Salvo eso, todo ha sido agradable: ver a M.C.P. y Mariquita Asunción en la misa, recibir la visita de Montse y Óscar o el diálogo con Paco en la ida y vuelta a Arinaga. Con todos estos sentimientos despido mi día de hoy.  
    

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