Ayer fue un día intenso pero lleno de vida, de oración, de alegría…hubo tiempo para todo. El encuentro diocesano de jóvenes de Ingenio creo que marcó un referente para los jóvenes cristianos que tuvieron una actitud de entrega en cada momento del encuentro.
Desde las 9 de la mañana podíamos ver a jóvenes con mochila en mano por las calles de la villa. A ritmo de batucada se iban acercando a la plaza para saludarse, fotografiarse y dejarse llevar por el ritmo que marcaba la organización. Los saludos de Juan Jesús, párroco de Ingenio, Domingo, secretario diocesano de juventud y nuestro obispo Francisco Cases, dieron paso a la oración en el interior de la Iglesia.
Dicen que las cosas buenas se pasan volando, y debe ser verdad, porque el momento de oración transcurrió a la largo de una hora, pero en recogimiento absoluto. Se rezó, se cantó, se leyó la palabra, se proyectaron videos, y estuvo lleno de simbolismos.
La mañana transcurría en los diferentes talleres que estaban repartidos en diferentes centros públicos. Talleres de inmigración, jóvenes obreros, comunidad, vocación, educación y tiempo libre. A la una del mediodía, y a son de batucada de nuevo, íbamos camino al campo de luchas de Los Molinillos.
Era el momento de la celebración y tengo que decir que fue muy emotiva y participativa a la vez. Junto al obispo, que por cierto cumplía casi la mayoría de edad como obispo (17) ,había un buen número de sacerdotes de nuestra diócesis. La verdad que la organización una vez más supo transformar aquel terrero en un auténtico templo.
Pasadas las tres de la tarde, ya sólo quedaba tiempo para almorzar y echarse unos bailes. Fue un día de mucho calor, pero parece que los jóvenes y no tan jóvenes tuvieron aguante. Ahora sólo nos queda pensar en el encuentro con el Papa en Agosto, en Madrid, y también en el próximo encuentro de jóvenes el año que viene, que a buen seguro se contagiaran muchos más jóvenes y se sumarán a los que participaron este año.
Paco Guedes
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