domingo, 13 de febrero de 2011

CONFESARSE POR INTERNET

CONFESARSE POR INTERNET

     El pasado día 9 de febrero por la tarde  me llegó un mensaje al móvil. Provenía de INFOMOVIL, un servicio de la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación y decía textualmente:   CONFESARSE sólo se puede hacer presencialmente. No vale por Internet, teléfono, email, iPhone, etc. Los temas de conciencia no se pueden tratar por estos medios.
     Cuando le leí me pregunté a qué venía ahora esa observación. Alguna gente, es verdad,  me ha preguntado alguna vez   la posibilidad de confesarse por teléfono. Siempre he tenido claro que la respuesta, de acuerdo a la doctrina de la Iglesia, es que no. Y que el no es igualmente válido para el teléfono como para Internet.  Por eso no entendí la razón para que nos enviaran a los sacerdotes una información obvia. He venido a entenderlo después que supe lo del nuevo programa informático de Apple sobre la confesión…. De todos modos, el tema da para dialogar sobre las conversaciones  que se tienen a través de facebook o los correos en donde nos contamos cosas muy personales y recibimos o damos consejos a otros.
     El año pasado, cuando hacíamos el Camino de Santiago, una persona me comentó que, para dialogar de sus situación personal y para contar sus pecados, le resultaba muy difícil hacerlo a través de un confesionario e incluso sentados en un banco de una ese modo tan "formal". Que, en cambio, le resultaba fácil y hasta agradable, contar sus cosas mientras íbamos de camino o a través de un correo. 
      ¿Qué tiempo hace que no te confiesas?
      ¿Qué es lo que más te cuesta de la confesión?
      ¿Qué te parece este novedad de Apple? (Lee el artículo que sigue...).
Nota: Como "regalo" y recordando la confesión de algunos de los participantes en el Camino de santiago, incluyo al final unas fotos de la cena que anoche tuvimos en Cruce de Arinaga todos los "peregrinos". Nos volvimos a ver todos en una jornada en donde vimos fotos, cantamos, cenamos y volvimos a disfrutar viéndonos) 
      




APPLE NO PERDONA
Artículo de Javier Morán:
Dos jóvenes informáticos católicos de South Bend, Indiana (EE UU), han querido echarle un cable tecnológico a Benedicto XVI en el intento de que los creyentes vuelvan al confesonario, pero el Vaticano acaba de mostrarse remiso con la iniciativa: "No hay sacramento de la Penitencia sin sacerdote", ha declarado el portavoz de la Santa Sede, el jesuita Federico Lombardi. 

Los hermanos Chip and Patrick Leinen atendieron al mensaje papal del año pasado en el Día Mundial de la Comunicaciones (servir a la fe con nuevas tecnología), y decidieron crear en su empresa Little iApps un programa informático con el que los católicos examinen sus conciencias y borden la Penitencia, incluidas las oraciones de contrición. Sin embargo, el éxito ha sido tan arrollador que el Vaticano teme que los creyentes se confundan y limpien sus conciencias mediante un iPhone, iPod Touch o iPad, productos del fabricante informático Apple.

"Confession: A Roman Catholic App" ("Confesión: una aplicación católica romana") es el nombre del programa, y puede ser descargado de internet por 1,99 dólares -1,59 euros- en los citados dispositivos móviles. Una vez instalado, el programa repasa los Diez Mandamientos en busca de los pecados del usuario, después de que éste haya introducido su edad, sexo, y estado (soltero, casado, religioso, etcétera), junto a la fecha de la última confesión.

El programa salió al mercado el pasado 27 de enero y a los pocos días se convirtió en la decimoctava aplicación de pago más popular de Apple, por encima de los Sims y del Monopoly. Blogs de información tecnológica inmediatamente comenzaron a titular sus comentarios como "Yo pecador uso un iPhone", o "Hotline to heaven" (línea caliente con el cielo), o "Bless me, Apple, for I have sinned" ("Bendígame Apple, porque he pecado). Además, estrellas televisivas como Jay Leno o Conan O'Brien, que en sus programas ofrecen monólogos como los del español Buenafuente, bromearon con el invento, al tiempo que Fox News, CNN, The Associated Press, o la BBC entrevistaban sin cesar a sus creadores.

Pero el pinchazo se produjo el pasado miércoles en la sala de prensa de la Santa Sede, cuando periodistas norteamericanos preguntaron a Lombardi por el exitoso programa "Confessión" y les respondió que "no es en absoluto un sustituto del sacramento".
La confusión no era pequeña, ya que el programa es el primero de estas características que cuenta con el "imprimatur" de la Iglesia, otorgado por el obispo Kevin Carl Rhoades, de la diócesis de Fort Wayne-South Bend, en Indiana. Existían ya programas similares, como el "Mea Culpa", o el "iConfess", pero sin el "imprimatur" ("imprímase", o en este caso, "prográmese"), que indica la inexistencia de ofensas a la doctrina católica, la fe o la moral.

Los hermanos Leinen, que se declaran "católicos que aman a la Iglesia y que queremos estar en comunión con su actuación", buscaron además la colaboración de varios asesores católicos, entre ellos el franciscano Thomas Weinandy, director del Secretariado para la Doctrina y Prácticas Pastorales de la Conferencia Episcopal de EE UU.

Una vez culminado el proceso de creación, el "Today's Catholic", periódico de la diócesis de Fort Wayne-South Bend, fue el que realizó una parte de la campaña de lanzamiento, en la que se deslizaron mensajes problemáticos, por ejemplo "te guía como si estuvieras en un confesonario". Y con el genuino estilo del espectáculo americano, el periódico narraba también que durante el periodo de pruebas un hombre que no se había confesado desde hacía 20 años "usó la aplicación y retornó al sacramento".

"Con el imprimatur", comentaron los hermanos Leinen, "podemos hacer que los fieles católicos se sientan seguros", pero el que se ha sentido inseguro ha sido el Vaticano. No obstante, Federico Lombardi si agregó que el programa "Confession" tiene un valor similar al de las antiguas listas de pecados, repertorios que conducían al pecador a través de los Mandamientos o de los Pecados Capitales para descubrir sus caídas. La más célebre de esas listas de pecados en las últimas décadas se incluye en el libro de un jesuita español que ha vendido 1.280.000 ejemplares desde los años cincuenta. "Para salvarte", de Jorge Loring, va ya por su 59ª edición y su parte final repasa minuciosamente cada Mandamiento en busca de sus matices resbaladizos. 

Pero "no existen los sacramentos en internet", reza el documento vaticano "La Iglesia e internet", de 2002, que a la vez previene de que toda "experiencia religiosa es insuficiente si está separada de la interacción en el mundo real con otras personas de fe". Por su lado, los viejos catecismos exponían los cinco pasos de la Confesión: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. "Confession" ofrece el primero, pero ni Roma paga a confesores digitales, ni Apple puede dispensar la absolución.



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