domingo, 30 de enero de 2011

DIARIO DE UN CURA: EL “DICHOSO” TIEMPO: ¡BIENAVENTURADO!

DIARIO DE UN CURA: EL  “DICHOSO”   TIEMPO: ¡BIENAVENTURADO!

Me estoy riendo yo sólo, aquí en el salón de la casa. Me río porque estos días de lluvia, como el de hoy, me llenan de alegría. Ahora mismo el agua cae con fuerza   y la disfruto a través del balcón. Y me estaba acordando, y por eso reía, de unos versos que en la infancia hizo Rogelio, mi hermano admirado  y ya fallecido. Él era un adolescente y yo, con algunos menos años que él, siempre lo consideré imitable como persona y como   escritor y muchas cosas más. Él había escrito unos versos un día de lluvia: “Llueve/ del cielo el agua emana/ llegó el invierno….” Yo, por esa admiración que sentía hacia él,  los aprendí de memoria y nunca los olvidé. Eran como dos o tres estrofas. Y ya de mayores, él  los había olvidado y cada vez que llovía y estábamos juntos él reía a carcajadas cuando yo le empezaba a recitar su composición adolescente.  Ahora soy yo el que río… y los recito en su recuerdo.
Sí, me gustan los días así y sueño con una isla más verde y hermosa. Y con más agua que llegue a donde haga falta.
Hoy, que en las misas leímos y meditamos en  las bienaventuranzas y que los niños y los padres repitieron con tanta sencillez, también yo quisiera repetir con Jesús, mi admirado Jesús de Nazaret, aquello de “Dichosos los que trabajan por la paz o dichosos los que lloran”:
Dichosos los niños  que vienen a misa aunque esté lloviendo… porque están  empapando  de valores su corazón.
Dichosas las familias como la de Rubén, Paco, Paqui, Roberto…  que  terminan muy tarde de trabajar, y se levantan temprano para hacer un servicio gratuito a la comunidad. Porque ellos verán multiplicado su tiempo y su descanso.
Dichosos los jóvenes como Paola o Raúl que un sábado por la mañana se van a  una residencia de mayores, porque  ellos conocerán la eterna juventud.
Dichosos los que, como Elisa,  valoran los encuentros y la amistad y piden disculpas cuando creen que han faltado, porque nunca les faltarán buenos amigos.
…  …
Hoy estuve en Tamaraceite. Sabía ya que, por la lluvia que caía,  se había suspendido la fiesta de San Antonio Abad. Pero, ya que lo había previsto, no quise perderme dar un paseo bajo la lluvia y saludar a los pocos vecinos que pude ver. Disfruté con la compañía que llevaba, por el tiempo y por visitar los alrededores de mi anterior parroquia.  
Y ahora mismo acabo de leer el artículo que me envía Davinia, una muchachita de nuestro pueblo,  para publicar en el blog o en “El Puente”. Yo le tengo un grandísimo afecto a Davinia. Y me encanta su forma de expresarse tanto hablando como escribiendo. Y su pensamiento  tan claro y seguro. Por eso mismo le había pedido alguna vez que escribiera algo. Pero no pensé que fuera a decir las cosas que dice… respecto al cura. Yo las agradezco, te las agradezco, Davinia, pero esas no se publican aunque se agradecen.
….y así sigue el domingo. Un domingo raro porque es de los pocos que tengo la tarde libre, sin misa en ningún barrio ni visitas. Habrá tiempo creo, para seguir haciendo cosas, preparando la semana próxima, por ejemplo un retiro que debo dar a las Monjas de Tafira o las reuniones de la parroquia.  Espero que el tiempo me siga siendo favorable. Y que, aunque todavía tenga que estar soportando mis eternas alergias y toses, lo lleve todo con paciencia y con humor:
Dichosos los que tienen asma y alergia y a veces parece que no pueden respirar…. Porque valorarán más el Espíritu de Dios que llenará sus pulmones, su corazón... y toda su vida.   

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