jueves, 9 de diciembre de 2010

CARTA AL VIENTO: TE DESEO UN BUEN ADVIENTO, RAQUEL

CARTA AL VIENTO: 
TE DESEO UN BUEN ADVIENTO, RAQUEL 


Queridos amigos . Me estoy encontrando  estos días con  gente necesitada de ilusión. Con gente algo tristona  porque no sabe qué rumbo va a tomar su vida.  Raquel me contaba esta mañana que, en su empresa, anunciaron  que, antes de final de año, va a haber más de 15 despidos. Y yo le dije a Raquel:
-Te deseo un buen adviento.
Ella se quedó en “treinta y tres” y me miró con sorpresa, preguntándose. ¿Que yo  necesito un buen adviento? ¿Qué tiene que ver eso con que de repente me puedo quedar  sin trabajo en estos momentos tan difíciles?
 Adviento, tú lo sabes muy bien, Paco,  puede ser todos los días. Cada vez que uno se ilusiona, espera, ansía algo o a alguien que sabe que le produce paz y alegría es Adviento. Y  hay épocas en las que uno tiene necesidad de un buen adviento.
Mi amigo Ceferino lleva ya casi un año en tiempo de adviento. Le detectaron un cáncer  y el hombre anda, sin perder la esperanza ni la alegría, soñando con mejorar y normalizar su vida y la vida de su familia. A Cefe le han surgido muchas dificultades en esta etapa de su vida, pero intenta mantener la fortaleza interior. Es el duro adviento de Ceferino. Un adviento que es útil, muy útil para la vida aunque pueda parecer lo contrario. 
A Martita la despidieron de su trabajo casi de un día para otro. El mundo se le vino encima porque tiene dos niñas a las que cuidar, dar de comer, vestir y animar. Pudo derrumbarse Martita, pero no. Se quedó sin trabajo pero no sin fe, ilusiones y amigos. Y Martita empezó un Adviento duro pero lleno de esperanza. Alguna solución, dijo, tendrá que aparecer. Y rezó, y lloró y compartió con quien pudo. No está desesperada sino todo lo contrario. El Adviento viene cargado de problemas pero también  de esperanzas para esta mujer que, sin embargo, tiene humor para sonreír porque también tiene esperanza.
Hay quien quiere vivir la navidad sin pasar por el adviento, tremendo error. Hay quien quiere vivir la fiesta y comerse el turrón sin probar la amargura de la lucha y del esfuerzo y las limitaciones.
Sólo se saborea  la salud cuando se ha sufrido la enfermedad. Sólo se valora a la familia y a los amigos cuando se ha experimentado la soledad. Sólo se llega a una  Navidad feliz cuando se ha caminado por un Adviento de dificultades.  Adviento es mirar hacia adelante y vislumbrar que, poco más adelante, está  la Navidad. Adviento es creer firmemente que todo lo malo puede cambiarse. Que ahora es tiempo de subir la montaña y pasar sed, pero que este no es el fin.
Que el Adviento, amigo, con su dureza, te haga disfrutar  de la salud, del trabajo, de la familia, de los amigos, de la paz, de la alegría. De la Navidad.
-Te deseo un buen Adviento, Raquel. Y a ti también.




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