jueves, 7 de octubre de 2010

DIARIO DE UN CURA. Me gusta ser cura

DIARIO DE UN CURA. Me gusta ser cura
     Al concluir la jornada de un día cualquiera, un día como el de hoy, me siento satisfecho, me siento cura. Me siento realizado, feliz de poder llevar a cabo una tarea que a veces se hace un poquito cuesta arriba y la mayoría de las veces,  a pesar de la cuesta, recompensado por el servicio que puedes hacer. El día de hoy ha sido muy tranquilo. Hoy es uno de esos días que en los que , normalmente, como no hay nada extraordinario, pues tampoco le dan a uno ganas de escribir en el  "Diario". Y sin embargo aquí estoy escribiéndolo.
    Esta noche tuve reunión de bautizos una reunión que por lo general no hago yo y que, por lo general, tampoco me gusta hacer. Hoy no vino el Hermano Rafael, que es quien se reúne cada mes con los padres y por eso me tocó a mí verme con ellos. Pero me gustó. Vi buena actitud en los padres, a pesar de que venían con sus carritos y sus biberones. Algunos hablaron, otros se quedaron al final para preguntar o comentar alguna cosa (por ejemplo dos madres a quienes, según me contaron, les di la primera comunión en Vecindario). Incluso una pareja se quedó con la duda de aceptar la invitación que hice a participar como catequista de padres en las próximas reuniones. Tan a gusto quedé que creo que voy a encargarme yo, en adelante, de hacer estas reuniones. Son, además, una oportunidad para conectar mejor con la gente.  
  Y este día, festividad de la Virgen del Rosario lo empecé en Agüimes con la misa con los alumnos del Colegio N. S. del Rosario. Los chiquillos se portaron muy bien y pude compartir con ellos alguna experiencia personal de amor a la Virgen madre. Cuando dije a los chicos que miraran el rostro de la Virgen y le pidieran que les ayudase... se hizo un silencio tan profundo que ni se movía nadie. Me impresionó aquel silencio en chiquillos de 5º de Primaria y Primero de la ESO. 
     También hoy tuvimos radio. Estaba un poco nervioso porque el guión  estaba incompleto, con cosas sin preparar... Pero la Virgen nos echó una mano. A lo mejor hoy fue demasiado religioso. Tendríamos que secularizarnos un poco más. Y hubo más cosas en este día  que, aunque sin demasiada actividad, me dio la oportunidad de compartir pequeños-intensos  momentos con Margarita, Fina, Mede, Tachita, Bernardo, Ariel, Paco, ...  Total, un  día del montón en el que me he sentido cura. Lo que quiero ser y sentirme siempre. 

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