LAS PEQUEÑAS ALEGRÍAS DE UN DÍA CUALQUIERA
Un día cualquiera es hoy, por ejemplo, aunque haya sido día de San Juan. A lo largo del día uno se tropieza con un instante feliz. Un momento de felicidad, tal vez pasajero, pero que impregna de paz toda la jornada. ¿Qué ha alegrado hoy mi día? ¡Tantas pequeñas cosas!...
-Leer el correo esta mañana con la nota de esperanza de Ana Rosa. Y eso, a pesar del mal momento que está pasando con la enfermedad de su hijo Cefe.
-Fui a la radio con las cuatro colaboradoras (Dahelire, Xaquelina, Elisa, y Omaira). El buen humor, la risa contagiosa, las ganas de hacer las cosas bien, todo eso te parace tan bueno que te ayuda a vivir radiante todo el día.
-Me gustó que Xaquelina me dijera que podía haberme invitado ayer a salir con sus amigas. Uno, que es ya un carroza, invitado por unas chiquillas a pasar un rato. Eso le hace a uno sentirse joven, aunque sólo sea de espíritu, y agradece infinitamente el gesto de las muchachas.
-Cada día hay un hueco para compartir el café con la gente amiga o con los que, accidentalmente, pasan por la casa o la parroquia. Parece una tontería, pero tomarse un café juntos es todo un ritual que ayuda a compartir otras muchas cosas. Hoy me tocó el café con Pepe, con Dámaso y con Angelita. Es un signo de "comunión" que llena el espíritu. El café compartido es un verdadero "sacramento".
-Celebrar la eucaristía dos veces, a las 6 y a las 7, tiene significado cuando se hace para compartir con dos comunidades diferentes. Canté con ilusión en la Playa y en el Cruce aquello de "Tengo que gritar, tengo que arriesgar, ¡ay de mí ni no lo hago...! después de escuchar y rezar con el salmista: "Tú Señor. me sondeas y me conoces, conoces hasta el fondo de mi corazón...". Y eso produce paz y produce alegría.
- Fui a bendecir una "tasca" en Playa de Arinaga. Se llama, creo, "La Tertulia". Y los socios resultaron ser gente cercana aunque apenas nos tratáramos: Nelson (que fue alumno mío en el seminario), Pepe, hermano de Ana Díaz; Juan, hijo de Alejandro... Bendije el local y les bendije a ellos en nombre de Dios. Y quedó sembrada la alegría...
-Una fiesta sorpresa supongo que siempre es una "alegría-sorpresa". Se la dimos esta noche a Dorita. Y nos la dimos a nosotros porque allí estábamos viejos e inolvidables amigos: Sagri, Begoña, Tere, Carmen Suárez, Adela, Óscar, Gerardo, Alba, Tina, Paco, Noelia... y muchos muchos niños. Muchas risas, muchas bromas, muy buena armonía y Dorita siempre sonriente y feliz.
Estas fotos son la señal de la alegría compartida, resumen de las pequeñas alegrías de un día cualquiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.