martes, 24 de noviembre de 2009

LA CORONA DE ADVIENTO





El domingo 29 de Noviembre comienza el Tiempo de adviento. Cuatro semanas para preparar la navidad. Para esperar con ilusión que Jesús nazca en nuestro mundo y nuestra vida. Una forma de celebrar el Adviento, en nuestra parroquia y en nuestra casa, es hacer y vivir la Corona de Adviento.

¿Qué es la Corona de Adviento?
Es un círculo de RAMAS VERDES sobre el que se insertan cuatro velas (generalmente, tres velas son color violeta y una rosa, que corresponde al tercer domingo y representa el gozo).
Cada día en la oración se encienden las velas correspondientes: cada Domingo de adviento una vela más hasta llegar a la Navidad. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, en familia.
Si no hay velas de esos colores aún se puede hacer la corona ya que lo más importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad de aquel que es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.
Origen: La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. El vino para hacer todas las cosas nuevas.
Nueva realidad: Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14: «ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte."
En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.
Las ramas de verde perenne recuerdan que Jesús es la luz eterna. En los países fríos se escogen ramas de los árboles que no pierden sus hojas en el invierno, para simbolizar que Dios no cambia.
La corona nos recuerda que Dios no tiene principio ni fin, es eterno.
Recordamos la larga espera de la Humanidad que, cayendo en pecado, vivía en oscuridad. El Pueblo de Israel recibió de Dios la promesa y los profetas la mantenían viva en los corazones. Nosotros, por el bautismo, estamos llamados a ser profetas y anunciar el reino de Dios. Es así que nosotros, en Cristo, somos luz.
La Corona de Adviento es uno de los símbolos de este tiempo litúrgico.

¿Por qué rezar la Corona de Adviento?La propuesta es recorrer el camino previo a la Navidad (los cuatro domingos de Adviento) encendiendo cada semana una vela y rezando en familia o en la comunidad parroquial.
Las velas simbolizan nuestra fe y nuestra alegría por el Dios que viene. A medida que pasan las semana s de Adviento y se van encendiendo las velas, va aumentando la intensidad de nuestra esperanza y la confianza en el Señor.
La corona de Adviento puede ser completada, al llegar la Navidad, con Flores y una quinta vela (blanca) para encender ese día.
En cada encuentro, se coloca la Palabra de Dios en lugar destacado y se van encendiendo las velas correspondientes (en el primer domingo una sola, luego dos, etc.).

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