Escribe Paco Mira:
LA SOCIEDAD DEL ESCÁNDALO
Los que me conocen saben que me gusta leer el periódico.
Probablemente leo más las grandes letras que la menudencia que rellena hojas y
que el final hace que la prensa, al menos la escrita, sea cada vez más barata.
Ahora con las nuevas tecnologías probablemente el papel va a tender a quedar
para el recuerdo o la galería del coleccionista y con el paso de los años
volverá a su color amarillo que la edad le va asignando.
No hace mucho un sociólogo
norteamericano - quizás no podría ser otro - escribía que estamos en la
sociedad del escándalo. Escándalo en todos los órdenes de la vida: social (a la
gente le da igual lo que los demás puedan decir de uno en función de lo que
haga o diga); escándalo económico ( no tenemos escrúpulos en quedarnos con el
dinero de otros y si es para enriquecimiento personal pues mejor que mejor);
escándalo religioso (los casos de pederastia que últimamente han hecho
tambalear los cimientos de nuestra iglesia, así lo atestiguan); escándalo
cibernético (nos da igual el contenido de las páginas de internet e incluso nos
da igual quien pueda acceder a dichas páginas), escándalo amoroso ( ya el valor
de lo sincero en nuestras relaciones va a quedar relegado a un segundo plano y
probablemente prime más el valor del yo por encima del nosotros); escándalo
literario (¡ pues anda que no salen plagios últimamente) etc.... y así seguía
enumerando los escándalos que en nuestro mundo iban surgiendo. Pero lo más que
me llamó la atención es que él llegaba a la conclusión y ahí el peligro: que
nos estamos acostumbrando al escándalo. Ya éste forma parte de nuestras vidas y
es uno más de nuestra familia. Cuando no hay escándalo, nos falta algo y,
además, ya lo cantaba Raphael: " escándalo, es un escándalo"
Este fin de semana, Jesús (Marcos 9)
nos habla también del escándalo. Pero con un matiz: rueda de molino al cuello y
arrojo al mar. La piedra probablemente es por si uno sabe nadar y sale a flote.
Quizás, Newmann, es decir el sociólogo que mencioné antes, se le olvidó lo de
la piedra.
Creo que soñar un mundo mejor y
atreverse a gestarlo con la colaboración de todos no tiene dueño. Todas las
personas e instituciones de buena voluntad caben en el equipo de trabajadores
por la vida. Todo esfuerzo es bien acogido... quien no está contra nosotros
está a favor nuestro, le va a decir Jesús a sus amigos. La diversidad es una
riqueza. Nuestra mirada sobre la vida y la historia están por esta labor, no
somos nadie para censurar y apartar. Al contrario, en el diálogo constructivo y
la colaboración con otros, encontramos nueva fuerza que hacen que el impacto en
favor de los últimos crezca.
Con humildad tenemos que reconocer y
pedir perdón por los tropiezos que hemos puesto a muchas personas para
acercarse a Jesús. La vida de muchos de los que nos consideramos cristianos de
fe con acuse de recibo puede considerarse escandalosa y por ello tenemos que
pedir perdón y reconocer con humildad que no lo hemos hecho bien. Los bienes y
los lujos que restan credibilidad a nuestro anuncio de una vida austera; el
afán de poder de no pocos de nosotros. La división entre sectores entre
nosotros como hermanos que llega a poner en tela de juicio la autoridad de
nuestro hermano mayor en la tierra el Papa Francisco; en definitiva todo
aquello que ensombrece el anuncio limpio y sincero de un mensaje que merece la
pena, por el que damos gracias y llamamos evangelio.
No tomemos al pie de la letra las
palabras de Jesús: que nos cortemos una mano si pecamos, que nos pongan ruedas
de molino.... pero sí que nos tenemos que plantear hasta qué punto nuestra
palabra es acorde a nuestros gestos, sobre todo a la hora de dar testimonio de
nuestra fe. Probablemente muchos seguirán a Jesús o no en función de nuestra
vida.
Les recuerdo que entramos en Octubre.
Hasta la próxima
Paco Mira
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