EL 28 DE MARZO SE CELEBRARÁ EL ENCUENTRO DIOCESANO DE JÓVENES DE NUESTRA ISLA
Será en Agaete de 10 de la mañana
a 10 de la noche.
CARTA DE NUESTRO OBISPO
Queridos Hermanos y Amigos todos:
Se acerca la fecha del Encuentro Diocesano de Jóvenes: Me alegra hacerles
llegar mi palabra de ánimo, para que todos animemos a los jóvenes que conocemos, o
están en nuestros ámbitos familiares, laborales, estudiantiles, para esta ocasión de
celebración conjunta. Es ya esta convocatoria que hacemos una verdadera salida
misionera a los de casa, y a los que pueden estar en casa, pero un día se alejaron un
poco o un mucho.
Necesitamos trabajar desde la conciencia de que es toda la comunidad la que
evangeliza y educa, y desde la urgencia de que los jóvenes pueden y deben tener un
protagonismo mayor. Así lo siente y así nos lo dice el Santo Padre (cf. EG 105-106).
Los jóvenes están insuficientemente presentes en la comunidad cristiana, cuando en
realidad son una riqueza para la comunidad, pueden aportar planteamientos, ideas y
estilo renovadores de muchos de nuestros desencantos y faltas de entusiasmo. La
viceversa también es cierta: la comunidad es una riqueza para los jóvenes, les puede
aportar sentido de pertenencia, y respuestas a sus expectativas y sus búsquedas, todo
ello centrado en una persona, Jesús, Señor y Hermano, Maestro y Amigo.
La Iglesia Diocesana, preparando en estos momentos el Plan Diocesano de
Pastoral, que bien podría llamarse Plan Diocesano de Evangelización o de Misión, sabe
que las preferencias en la salida misionera que responde a la invitación y mandato de
Jesús, son sin duda la familia, la juventud y los pobres. Son las cuestiones que salen en
todas las conversaciones de nuestros encuentros pastorales, son las preferencias
presentes en muchísimos mensajes del Papa Francisco.
El cartel del Encuentro Diocesano de Jóvenes muestra cómo en la tierra buena
de la Iglesia la mano de Dios va sembrando las semillas de todos los carismas y formas
de vida: laicales, sacerdotales, religiosas. Todas, como formas de vida que proceden de
la Vida misma de Dios, son sagradas, suyas, y reclaman la respuesta de la consagración
de cada uno, la dedicación en cuerpo y alma a aquello que descubrimos en nosotros
mismos como regalo del Padre. Un regalo que es fuente de gozo para cada uno, y fuente
de vida para los demás: Vida misionera, Matrimonio, Trabajo en el mundo, Sacerdocio,
Vida Consagrada. Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para
que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se
convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para
la autopreservación (EG 27).
Convocar a los jóvenes es una opción misionera. Puede
empezar a transformarlo todo. Nos vemos en Agaete, el sábado 28.
Que el Señor nos bendiga con su amor y nos llene de amor mutuo.
+ Francisco, Obispo
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