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Hace algo más de un mes, una pareja amiga, B. y P. , vecinos de mi parroquia,
me contaron las presiones que tuvieron en el Hospital Materno Infantil
para que abortaran, ya que su hijo iba a nacer con síndrome de Down.
Ellos siempre dijeron que iban a aceptar y a querer a su hijo a pesar
de que tuviera algún tipo de minusvalía. Y C. nació y está recibiendo
el cariño de sus padres y no se arrepienten en ningún momento
de no haber cedido a las presiones. Ahora me he tropezado
con este artículo que cuenta una experiencia parecida.
Lo publico en el blog dedicado cordiamente a B. y P.
¡Gracias por su amor y respeto a la vida!
«No acertaron en nada de lo que nos dijeron» |
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Un madre cuenta las presiones
que recibió para que abortara
a un bebé con discapacidad |
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Bernardette sufrió una constante presión para que abortara.
Ella se negó rotundamente, y ahora su hija es una niña alegre
y sana de cuatro años. |
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El embarazo era algo normal para el matrinomio de Bernardette y su esposo Phil ya que habían tenido siete hijos, y pensaba que ya era suficiente para formar una familia de lo más completa. Pero cual fue su sorpresa, cuando este matrinomio de Estados Unidos, se encontró con que Bernardette estaba de nuevo embarazada. Sería su octavo hijo al que pondrían de nombre Hannah.
Aunque el embarazo fue inesperado, Bernadette y Phil estaban felices al ser bendecidos con otro hijo. Pero durante la primera ecografía, lo que iba a ser algo rutinario ya que el matrimonio contaba con una amplia experiencia,
el ecógrafo encontró alguna anomalia, y el médico muy
soprendido, abandono la consulta para hablar con otro doctor.
“Lo que estoy viendo en la ecografía no es bueno”, dijo el doctor a los
Smith después de ver la ecografía en la pantalla.
Bernadette le dijo al doctor que necesitaba hablar con un
especialista y recibir una segunda opinión para saber con
certeza cual era el problema, ya que el médico que le realizó la ecografían
no le dio ningún detalle.
Visita al especialistaEl edificio en el que estaba el especialista
fue el primer signo de preocupación a los ojos de Bernardette,
ya que comentó que el edificio era oscuro y que eso la hizo tener
una sensación de intranquilidad muy grande desde el comienzo.
Después de una serie de preguntas para examinar su salud, hábitos
alimenticios y la historia familiar, los Smith recibieron
finalmente un diagnóstico sobre Hannah, el hijo que
estaban esperando: Su hijo tiene "Trisomía 18", es decir,
un trastorno genético, también conocido como
Síndrome de Edward, que está causado por una copia
extra de un cromosoma en el ADN de una persona.
Este trastorno puede causar distintos tipos de defectos
e nacimiento, y según los Institutos Nacionales de Salud,
solamente sobreviven en el proceso de nacimiento
la mitad de los bebés nonatos diagnosticados, y los
que sobreviven tienen una prognosis extremadamente pobre.
El especialista les insinua abortarBernadette contó que
el especialista le dijo que su embarazo era muy complicado y
que su hijo moriría durante el embarazo o moriría casi
inmediatamente después de nacer. El especialista les dijo con
franqueza a la pareja que ellos tenían otro opción. Bernardette
dijo que aunque el especialista no lo mencionó, todos en la sala
sabían que “opción” era: abortar. Phil dijo muy claro que ellos
no iban a abortar, pero eso no le sentó muy bien al especialista.
El especialista les dijo que era un error si no abortaban
Afortunadamente para Hannah, Bernadette y Phil creían
fuertemente en el derecho a la vida para todos los niños nonatos.
Pero estar firme en sus convicciones no les sirvió de mucho ya
que el especialista siguió insistiendo en la opción de abortar.
Bernardette afirmó que el doctor le dijo que con siete hijos,
ya no tenían necesidad de tener otro más y que sería
un error que gastarán tiempo y dinero en ella atendiendo a
un mal embarazo.
“El miedo intentó apoderarse de mí, pero yo no hice caso
a esas palabras”, dijo ella. “Escuché una voz que me decía que
tenía que luchar y seguir adelante con mi hijo.
Las presiones para abortar no cesabanBernadette dijo que
seguía sintiéndose agobiada y presionada por lo médicos
durante todo el embarazo. De hecho, su ginecólogo le dijo
que no quería continuar atendiéndola, y ella le pidió por favor
que siguiera como médico suyo. Bernardette llegó a tararear
todos los días una frase que era "ella vivirá" para poder
sacar todas las fuerzas que le quedaban y así olvidarse
de toda la parte negativa de la historia.
Y Hannah nacióA pesar del pesimismo, Hannah nació
el 19 de junio del 2007. Los médicos decían que Hannah
probablemente moriría antes de nacer, pero ella nació una
semana más tarde mediante una cesárea. Hannah no
respiraba al nacer, pero siguió firme la fe de
Bernardette respecto a que su hija viviría.
La experiencia de los Smith
con los profesionales médicos
al final no fue del todo
desagradable. ComoHannah
estaba en cuidados
intensivos debido a su
dificultad al respirar,
el hospital les aconsejó
que se quedarán más
tiempo allí para poder
vigilar más cerca a la
pequeña.Afortunadamente, Bernadette pudo hacerse amiga de
algunas enfermeras e inclusive dirigió estudios bíblicos con
ellas mientras estaba en el hospital. Una enfermera en
particular le prometió a Bernardette que la ayudaría a
llevar a Hannah a casa. “Nuestro médico de familia fue
bueno a lo largo de todo el proceso, él fue el que nos animó”, dijo ella.
Años después del nacimiento, Bernadette se encontró con
una de sus antiguas enfermeras. Contó que la enfermera fue
muy tierna, pensando que todas las predicciones respecto al
destino de Hannah se habían hecho realidad, y se emocionó al
descubrir cual había sido el final de la historia.
Cuatro años después, Hannah es una niña alegre y se ríe
constantemente, dijo Bernardette. Hannah ha tenido varios
problemas, incluyendo un agujero en su corazón y que tiene
dificultad para caminar y hablar por sus propios medios,
pero ella es una niña inteligente y que lo que importa
es que está viva.
“Todo lo que dijeron resultó equivocado”, dijo ella. ¿Qué hubiera
pasado si yo hubiese abortado?”. Bernadette dijo que los médicos
que fueron pesimistas a lo largo del embarazo, se creían que con esa
actitud estaban ayundándole, pero lo único que hacían era dejar a
Hannah sin niguna esperanza. Ellos solamente pensaban que un niñó
con discapacidad solo trae problemas a al familia y que lo mejor era
que abortaran.
Bernadette está escribiendo un libro para denunciar
su historiaBernadette es enfática en su deseo de ayudar a otras
a enfrentar embarazos críticos, y está trabajando en un libro
para contar toda su historia. Ella dijo que lo más importante
para las personas que enfrentan un diagnóstico similar es no
escuchar a lasnegativas que los médicos cuentan y que
nunca hay que renunciar a la esperanza y a la
fe en Dios. "Nunca hay que entregar a un hijo a
la muerte", añadió. |
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