Películas para el Adviento
Cine para vivir con esperanza
(Propuestas para ver buen cine en familia y reflexionar)
El año litúrgico empieza con el Adviento. Tiempo de espera y preparación a la Navidad. Tiempo propicio para reavivar la fe en Dios nuestro Señor que se hizo hombre, que en su Hijo Jesús tomó nuestra condición; ocasión para reavivar la esperanza en la humanidad que ha sido salvada y puede andar en caminos de amor, justicia y paz; tiempo de reflexión, de abrir el corazón, de confiar, de esperar activamente.
Presentamos a continuación algunas películas en las que podemos encontrar luz y esperanza para estos tiempos.
Lista de Espera de Juan Carlos Tabío (Cuba, 2000, 105 min.)
“¿Quién es el último?”, preguntan los cubanos al llegar a una terminal de autobuses. Sí, hay una especie de lista de espera para abordar un camión que vaya a la Habana o a cualquier otro destino. ¿Qué hacer en esa espera? ¿Qué sueñan los cubanos? ¿Cómo enfrentan la situación económica, política y social que vive el país? Es lo que trata de responder con mucho ingenio y humor Juan Carlos Tabío en Lista de Espera.
Con alguna semejanza a la película El ángel exterminador de Luis Buñuel (México, 1962, 93 min.), varias personas quedan varadas en una terminal en espera de un camión que los lleve a la Habana. El que los iba a llevar se descompuso y no saben cuándo llegará el otro. No pueden abandonar la terminal porque pierden su lugar. Pero, en esa espera, qué van a comer, dónde van a dormir si cae la noche, qué van hacer mientras llega el camión… son cuestiones que inquietan a cada uno de los pasajeros. Por supuesto la terminal es un microcosmos o la misma Cuba. Ahí están representados todos: niños, niñas, jóvenes, adultos; el profesionista, el burócrata, la ama de casa, la santera. Ahí están cada uno con sus verdades y mentiras, con su fe y desesperación, con sus gestos solidarios y egoísmos, con su creatividad, humor y esperanza.
En el Evangelio de Marcos vemos que Jesús le dice a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento… permanezcan alertas” (Mc 13, 33-37). Velar, preparar el corazón, estar alertas, esperar activamente haciendo lo que a Dios le agrada son actitudes para vivir en este tiempo de Adviento. Una historia tan humana y bien contada como Lista de Espera nos puede ayudar en esto.
Los Coristas de Christophe Barratier
(Francia-Suiza, 2004, 96 min.)
Los coristas es una película que llega al corazón, que conmueve, que eleva el espíritu… es un canto al amor y a la esperanza. Clémet Mathieu -nuestro protagonista- es un músico que llega como prefecto de disciplina a una escuela correccional. A quien primero se encuentra es a un niño que espera en el cancel: Pepinot. Con preocupación el recién llegado le pregunta que hace ahí. El le contesta que espera el sábado pues ese día vendrá su padre a buscarlo.
Pepinot no es el único niño que espera ser rescatado o salvado de su encierro. Cada niño tiene su historia, sus sueños y una esperanza que Mathieu alimentará a través del canto. Es de resaltar en esta cinta la música y letra de algunas canciones como El himno a la noche de Rameau: “La sombra que te acompaña es tan dulce, tan dulce es el concierto de tus voces cantando la esperanza… ¿Existe una belleza tan bella como el sueño? ¿Existe una verdad tan dulce como la esperanza?… siente en medio de la noche, la ola de la esperanza, ansia de vivir, camino de la gloria”. Con una buena edición y ritmo vemos cómo el protagonista se va conviertiendo poco a poco en un padre para ellos, en alguien que es luz para sus vidas.
Podemos evocar aquí la Parábola de las diez vírgenes (Cf. Mt 25, 1-13) que esperan con su lámpara en mano la llegada del novio. ¿Cuáles son nuestros sueños? ¿Qué espero esta Navidad? ¿Cómo espero al Salvador? Veamos y disfrutemos en familia esta bella historia, preparemonos para recibir en nuestro hogar al Niño Dios y como las vírgenes prudentes no dejemos que se apague esta llama de amor y de esperanza.
El Color del Paraíso de Majid Majidi (Irán, 1999, 90 min.)
El Color del Paraíso es la historia de un niño ciego que busca y quiere tocar a Dios. Una película hecha con arte, con bellas imágenes que invitan a contemplar sin prisas, con acertados diálogos que invitan a la reflexión. Mientras avanza la cinta podemos recordar a grandes místicos, incansables buscadores de Dios, como San Juan de la Cruz (“¿A dónde te escondiste, Amado mío y me dejaste con gemido?”) o San Ignacio de Loyola (“Buscar y encontrar a Dios en todas las cosas”). Una película para ver en este tiempo de preparación a la Navidad, tiempo de búsqueda y espera del Señor.
Mohammad -nuestro protagonista- nos conmueve con sus acciones, con sus palabras que brotan del corazón, con una lágrima que se recibe en la mano. Cómo no recordar y volver a gustar aquella primera escena en que Mohammad busca a un pajarito que ha caído de su nido y una vez que lo encuentra: lo coloca en la bolsa de su camisa, trepa el árbol y con puro tanteo encuentra el nido donde coloca al ave indefensa. Mohammad es un niño que ama la vida, sensible y generoso; pero también que anhela un hogar, ser salvado, ser amado. Cuando llora por su ceguera y soledad, por no encontrar a Dios, recuerda las palabras de su maestro: “Dios no es visible está en todas partes, puedes sentirlo cerca, lo ves a través de la punta de los dedos”.
Podemos recordar aquí a Bartimeo (Cf. Mc 10, 46-52), aquel ciego que a la orilla de un camino reconoce a Jesús y le grita: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”. Podemos también reconocer nuestras propias cegueras y oscuridades y dar ese salto de fe como lo dio Bartimeo. No olvidemos también aquellas palabras de San Anselmo de Canterbury: Que te busque en mi deseo, que te desee en mi búsqueda. Que te busque amándote y que te ame cuando te encuentre”.
Que bello es vivir de Frank Capra (E.U., 1946, 130 min.)
Dirigida por Frank Capra, protagonizada por James Stewart y Donna Reed, ¡Qué bello es vivir! es un clásico del cine norteamericano. Con claras referencias a Canción de Navidad de Charles Dickens es una película llena de valores humanos… que se ha pasado infinidad de veces en televisión en tiempo de Navidad. Por supuesto es fácil de conseguir en DVD. En blanco y negro, con la tecnología y narrativa de antes, esta película no deja de conmover y dar un mensaje de esperanza. Como todos los clásicos esta historia es para todos los tiempos.
La historia comienza un día antes de Nochebuena, cuando por las peticiones recibidas de los habitantes del pequeño pueblo de Bedford Falls, una corte celestial se reúne para cumplir con lo que le piden en aquel pequeño pueblo. La gente le pide a Dios que se acuerde de George Bailey (James Stewart): un banquero que ayudaba continuamente a sus conciudadanos y ahora intenta suicidarse debido a la desaparición de una importante suma de dinero. Un ángel sin alas (Clarence, interpretado Henry Travers) baja a la tierra en auxilio de George. Cuando este último le dice que desearía no haber nacido, el ángel le muestra lo que hubiera pasado si él no hubiera nacido. El que siempre ayudó y auxilió a otros ahora es ayudado y salvado. Por eso puede decir: ¡Qué bello es vivir!
Esta película que ha tenido tantos espectadores puede ayudarnos a reconocer a quienes han sido ángeles o mensajeros de Dios en nuestras vidas, a dar gracias a todas aquellas personas que nos han acompañado, sostenido, alentado en momentos oscuros y difíciles de la vida. En este tiempo de Adviento, acojamos con alegría y esperanza aquellas palabras dirigidas a los pastores de Belén y a toda la humanidad: “No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor” (Lc 2, 10-11).
Por Sergio Guzmán, S.J. Monterrey, N.L. 10 de noviembre de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.