viernes, 3 de septiembre de 2010

FIN DE SEMANA.... Y UN HERMOSO CUENTO



Llega el fiin de semana. Han sido mis primeros siete días  después de las vacaciones. De entrada, la vida en la parroquia en estos primeros días de septiembre marcha serenamente. Salvo las fiestas de Arinaga, la actividad está siendo aún escasa. Hay que preparar cosas, últimar detalles de la fiesta, visitar a algunas personas y, poco a poco, ir preparándose para todo lo que la parroquia requiere. Hay algunas novedades que van surgiendo: Don José Sánchez, sacerdote de Ingenio que fue párroco de Agüimes está hospitalizado  a consecuencia de una hemorragia cerebral. Los Hermanos de La salle (los buenos amigos Rafael y Jesús) dejarán la Villa y por tanto dejarán también de colaborar en los barrios de La Goleta y Las Rosas y Cruce de Arinaga. El ambiente para la peregrinación del día 8 desde el Cruce hasta Arinaga va creciendo. Y se han hecho unas hermosas camisetas con la foto  de la Virgen para llevarlas el día del Pino. Habrá bastantes cambios en el programa "La Plaza de la Iglesia " de Radio Agüimes.... y más cosas. También hay lectores que colaboran con nuestro blog. Por ejemplo una señora que nos envía este cuento y que comparto con ustedes. El fin de semana se presta a historias como éstas: El hombre estaba tras el mostrador, mirando la calle distraídamente. Una niñita se aproximó al negocio y apretó la naricita contra el vidrio de la vitrina.Los ojos de color del cielo brillaban cuando vio un determinado objeto.
Entró en el negocio y pidió para ver el collar de turquesa azul. "Es para mi hermana.
¿Puede hacer un paquete bien bonito?". -dijo ella.
El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita y le preguntó: -¿Cuánto dinero tienes?
Sin dudar, sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:
-"¿Esto alcanza?".
Eran apenas algunas monedas las que exhibía orgullosa.
-"¿Sabe?, quiero dar este regalo a mi hermana mayor.
Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella.
Es su cumpleaños y estoy segura que quedará feliz con el collar que es del color de sus ojos"
El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.
-"Tome, dijo a la niña. Llévelo con cuidado".
Ella salió feliz, corriendo y saltando calle abajo.
Aún no acababa el día, cuando una linda joven entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho e indagó:
-"¿Este collar fue comprado aquí? "¿Cuánto costó?
-"Ah!", - habló el dueño del negocio.
"El precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente". La joven exclamo:
-"Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tendría dinero para pagarlo". El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven y le dijo: - "Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar":
ELLA DIO TODO LO QUE TENIA".
El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas rodaron por la faz emocionada de la joven en cuanto sus manos tomaban el pequeño envoltorio.
La verdadera donación es darse por entero, sin restricciones. La gratitud de quien ama no coloca límites para los gestos de ternura. Agradece siempre, pero no esperes el reconocimiento de nadie. Gratitud con amor no sólo reanima a quien recibe, reconforta a quien ofrece.


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