martes, 31 de agosto de 2010

DIARIO DE UN CURA. TRISTEZA

DIARIO DE UN CURA. 
TRISTEZA
Rehuyo habitualmente de  la tristeza. Pero en días como hoy es inevitable estarlo. Una niña conocida y apreciada ha sufrido el abuso de parte de un adulto de su familia, también para mí conocido y apreciado. La madre de la niña, lógicamente,  denunció el caso y él ya está en la cárcel. Pero eso no soluciona el problema. El enorme sufrimiento de la niña amiga y el merecido castigo de mi amigo delincuente me han herido a mí también. Esta noche pido con fuerza a Dios por la inocente y simpática chiquilla, para que el daño le afecte lo menos posible. Y pido también a Dios para que el joven reflexione, se arrepienta y procure, a lo largo de su vida, hacer todo el bien posible por tanto mal realizado. Rezo. Pero esta noche no puedo ni quiero disimularlo: Estoy triste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar.