lunes, 6 de julio de 2020

MONSEÑOR JOSÉ MAZUELOS SALUDA A SU NUEVA DIOCESIS

Primer saludo de Monseñor José Mazuelos a los diocesanos de Canarias.


El sevillano José Mazuelos, nombrado obispo de Canarias

Jerez de la Frontera, 6 de julio de 2020

Queridos Diocesanos de Canarias:
En el día de hoy la Santa Sede ha hecho público el nuevo encargo pastoral que el Papa Francisco me encomienda trasladándome a la Diócesis de Canarias. Quiero en primer lugar darle gracias a Dios por todos los dones que me da, y hoy especialmente por la nueva misión que me encomienda, y para la cual le pido que me dé su gracia que me ayude a ser fiel a su voluntad.
Agradezco de corazón al Santo Padre Francisco la confianza que me manifiesta al encomendarme el cuidado pastoral de la Iglesia que camina en la Diócesis de Canarias.
Quiero manifestarle a Mons. Francisco Cases mi más profundo agradecimiento por su acogida, disponibilidad y por todo el empeño pastoral, que me consta, que ha realizado en la Diócesis que ahora la Iglesia me encomienda.
Me brota del corazón enviar un fraternal abrazo, a todos y cada uno de los Sacerdotes, a la Vida Consagrada, Seminaristas, Laicos comprometidos, feligreses, Instituciones y toda persona de buena voluntad de las Islas de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa. He rezado por todos y, como dice el Apóstol, he oído hablar de vuestra fe, y sé que sois, somos, una Iglesia de una larga historia y con un gran dinamismo apostólico, que se abre al futuro con esperanza.
 Pongo mi corazón desde hoy en mi nueva misión, poniendo mi confianza en el Señor, y os confieso que con una ilusión enorme de poder vivir entre vosotros la Alegría del Evangelio que estamos llamados a extender por todas partes. Espero contar para ello con vuestra ayuda, apoyo y oración. Al mismo tiempo, os manifiesto mi disposición de llegar a aquellas tierras con la humildad de aquel que se esforzará en aprender toda la riqueza de vuestra maravillosa forma de ser, de vuestra cultura y costumbres. Dejo la Diócesis de Asidonia-Jerez, una Diócesis que el pasado 29 de Junio cumplió 40 años de su creación y en la cual he ido madurando y creciendo como obispo, experimentando cada día la cercanía de Jesús y la fuerza de su gracia. Ahora tengo el honor de poner rumbo a una Diócesis donde la Iglesia de Dios peregrina ininterrumpidamente desde hace más de 600 años (precisamente mañana Fiesta de San Marcial se celebra el aniversario de su Fundación), con la certeza de que la Iglesia es del Señor y nosotros instrumentos en sus manos, llamados a entregarnos para ser testigos de su amor entre los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
 El mundo de hoy necesita que nuestra Iglesia esté plantada como un faro que irradie a todos la luz de la Fe, la Esperanza y la Caridad, dando razones de nuestra alegría de ser cristianos, sirviendo y amando a Dios y al prójimo con una mano puesta en el Corazón de Dios, y la otra mano en el corazón del mundo y especialmente en los más necesitados. Tiremos los muros que nos separan, y seamos puentes que unen lo Divino con lo Humano como hizo el Señor en su Encarnación. Asumamos todos los retos de ser una Iglesia en salida desde la humildad de lo que somos, pero desde la grandeza de lo que ofrecemos: el infinito amor que Dios siente por cada uno de nosotros. Con el corazón de Cristo Pastor pienso estar pronto entre vosotros para que todos juntos vayamos llevando adelante la misión que día a día el Señor nos encomiende.
 Hoy más que nunca siento cómo el Señor desde la orilla desde donde os escribo me dirige aquella palabra: ¡¡¡Rema mar adentro¡¡¡, y con gran ilusión también hoy le contesto al Señor que me pongo en camino hacia nuestra Diócesis de Canarias echando las redes en su nombre… sólo así la pesca será milagrosa.
 Por último, extiendo mi afectuoso saludo a los hermanos de otras comunidades religiosas, a las autoridades civiles y militares, y a todos los hombres de buena voluntad con los que espero y deseo colaborar para crear un mundo más justo y más humano.
 Pido a todos vuestra oración para que mi preocupación diaria no sea otra que la de subirme con Cristo en la cruz para que con Él y por Él ser para vosotros un verdadero pastor.
 Recibid un saludo afectuoso, mi oración y bendición, encomendando toda esta nueva etapa a la Virgen María Nuestra Señora del Pino.
  + José Mazuelos Pérez

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