Escribe Paco Mira:
PEDRO, MARIOLA, LUIS Y NOSOTROS
Cada vez que escucho o leo el evangelio de esta semana, (Marcos
8,27), me entra la tentación o de salir corriendo o de cambiar de lectura. No
me da miedo, pero me da la sensación de que Jesús no sólo le pregunta a Pedro,
sino que me está diciendo a mí, "¿quién
dices tú que soy yo?". Ahora que se está haciendo la preinscripción
para la catequesis de este año y se ve que el número de niños que se apuntan
cada vez es menor, sigo diciendo que no solamente estamos haciendo algo inadecuado,
sino que no sabemos responder a la pregunta de Jesús, " Para tí, ¿quién soy yo?".
Probablemente estamos
asistiendo al cierre de un ciclo. Al ciclo de los que tenemos la fe del
carbonero, de los que limpiamos la Iglesia, de los abrimos y cerramos la misma,
de los que venimos a misa con frecuencia... de los que no somos teólogos en
profundidad y que los cambios que queremos hacer es como si supiéramos
distinguir con claridad meridiana entre un arciprestazgo y una zona pastoral.
Les confieso que no siempre respondo como Pedro. Él sería bruto, quizás
maleducado, pero noble y sincero, "tú
eres el Mesías" y no lo niego. Es más, aunque lo niegue de palabra, lo
sigue de corazón hasta el final: ¡quisiera ser como Pedro!.
Pero claro no todo quedó en la antigüedad.
Mariola, esa religiosa del sagrado Corazón, natural de Agüimes, a quien la vida le dijo que ya era hora de
descansar en la casa del Padre, también fue una mujer valiente donde las
hubiera. He tenido la gran suerte de darle clase hace veinticinco años y era -
entonces - una chiquilla con gran inquietud religiosa: a los compañeros de
clase los dejaba boquiabiertos (a mí algunas veces también ) por la cantidad de
dudas que le sugería la clase, la vida, la religión, la sociedad...
Probablemente ahora es ella la que acoge un montón de dudas que nos surjan e
intentará aclararlas en el devenir y en los signos de los tiempos de la vida..
Ella respondió a la pregunta de quién soy yo, a través de su testimonio y de su
vida.
Luis, un gran cantautor que tiene por
apellido, el instrumento que mejor maneja para dar a conocer su mensaje, una
guitarra, también responde a la pregunta de Jesús. Su generosidad queda patente
y de manifiesto cuando se le invita a cumplir un sueño, el de Mariola, que en
vida no pudo contemplar, pero que siempre tenía como música de fondo. ¡Qué
grande eres Luis!. Cuando a uno le preguntan ¡"qué dices de mí"!. Lo único que hace es coger una guitarra, dejar
que el Espíritu sople, y a través de unos acordes decir "tú eres el Mesías, el hijo de Dios
vivo".
Y ahora viene la pregunta
del millón: "para nosotros. Para los
que nos damos golpes de fe en el pecho. Para los que todavía siguen cumpliendo
con cierta sacramentalidad. Para los padres que dicen que apuntan a sus hijos a
catequesis o a clase de religión, ¿quién es Dios para nosotros?. Me parece
triste, cuanto menos curioso, que cada vez que se va apagando esa vela que
intentamos mantener con un poquito de aliento, no somos capaces de dar la cara
por quien decimos que creemos.
Es poco probable ser artífices de un nuevo
orden social y religioso cuando, en aras de mantener nuestro buen nombre y
nuestro prestigio, no nos atrevemos a levantar nuestra voz para disentir y
denunciar a quieres pretenden construir un mundo sin humanidad y sin ética o
para anunciar, con vehemencia y ternura
a la vez, la sabiduría del Evangelio que exalta el valor pleno de lo humano y
lanza la utopía al infinito.
¡ Qué grande es Dios en Jesús!. Ojalá
que como Pedro seamos capaces de decir, : Tú eres el Mesías, el hijo de Dios
vivo.
Hasta la próxima
Paco Mira
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