viernes, 9 de febrero de 2018

LAS ALEGRÍAS DE UN PÁRROCO

DIARIO DE UN CURA

LAS ALEGRÍAS DE UN PÁRROCO

Hay un libro de la Biblia, muy poco conocido, que a mí me anima a intentar siempre ver el lado positivo de los acontecimientos. Se trata del libro de Habacuc que, poéticamente dice: 

Aunque la higuera no dé renuevos,
ni haya frutos en las vides;
aunque falle la cosecha del olivo,
y los campos no produzcan alimentos;
aunque en el aprisco no haya ovejas,
ni ganado alguno en los establos;
aun así, yo me regocijaré en el Señor,
¡me alegraré en Dios, mi libertador!
Hay momentos que uno puede estar tentado de pesimismo cuando no logra los objetivos que había pensado; cuando  no se ven resultados de la catequesis o la predicación;  cuando parece que estamos en un desierto de fe, cuando encuentras desunión, envidias o celos. Nos pasa a todos, supongo. Y dan ganas de enfadarse y de tirar la toalla.  Pues no.  “Aunque en el aprisco no haya ovejas  ni haya uvas en las parras, yo me regocijaré en el Señor”. Porque muchas pequeñas alegrías van llenando los días y van llenando la vida.

El pasado domingo, al llegar la noche, después de varias misas, reuniones y el diálogo con algunas personas, recordé estas palabras del Libro de Habacuc.  Y me salió de dentro decir entusiasmado: ¡Estoy contento! Estoy alegre porque tres jóvenes dieron el paso de acercarse a la parroquia para integrarse con los otros chicos y chicas que ya se reunían para la confirmación. Estoy contento porque ha nacido en la parroquia el grupo de Niños Misioneros dispuestos a reunirse los domingos por la mañana,  escribir a niños y niñas de la Misión, orar un poquito y realizar pequeñas actividades misioneras. 

Estoy contento porque un grupo de 20 madres han formado  un coro para  la misa de los sábados. Estoy contento porque en estos días, se celebra el Día Internacional de la Radio y, casi al mismo tiempo,  el aniversario de la querida emisora de Tamaraceite. Estoy contento por la visita  inesperada y bulliciosa  de unos sobrinos.  Estoy contento…porque estoy contento. Estoy y contento porque, “aunque no quedaran vacas en el establo”,  yo festejaré al Señor, que es mi fuerza”. 


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