domingo, 10 de septiembre de 2017

VIRGEN DEL PINO, AÑO 2017

BAJO MI PUNTO DE VISTA

VIRGEN DEL PINO, AÑO 2017

El día 8 de Septiembre de 2017 acudí a la procesión de la imagen de Nª Sª del Pino celebrada en la Playa de Arinaga. 

Ya es el segundo año que acudo a este evento sin la compañía física de mi difunto padre, aclarando que lo de “compañía física” es porque en mi fe católica creo que me vigila desde el cielo con mi madre;” su compaña”, como él decía siempre.

 Pero agradezco a mi hermano José Luís que haya “cogido el testigo” y casi sin poder, pues también tiene sus limitaciones, me llevó de su mano para que no dejara de acompañar a la Virgen, como se lo pedí.

En este caso sus ojos son los míos y como tardaba para ponerse en camino y detrás de la imagen, al preguntarle el por que de la tardanza, me dijo que había mucha gente, incluso más que otros años, cosa que me alegró bastante.


Como siempre le busco la razón a todo, por lo menos para mi entender el aumento de los fieles, mientras acompañaba a la Virgen, pensé que una de las razones de este hecho, en mi opinión particular se puede deber “a las mayores necesidades que tiene la población”, pues a nadie se le esconde que muchos padres y madres se las ven y se las desean para alimentar a sus hijos, sin contar los gastos escolares que se avecinan.

Es todo un compendio de cosas, las cuales derivan en pedir ayuda al cielo y que mejor mediadora en este caso que Nuestra Madre del Pino.  

Ella mejor que nadie sabe de nuestras inquietudes y deseos, pues no en vano llevó en su seno al mismo Jesucristo, convirtiéndose de esa manera en Madre nuestra.

Gracias a la fe en ella, cada año es motivo de reencuentro de todos los que por diversos casos se han ido dispersando a lo largo y ancho de la geografía insular, siendo ella la que les vuelve a unir aunque sea una vez al año, recordando las vivencias que antaño pasaron en la playa, alegrándose de volverse a ver y pidiendo a la Virgen que sean muchos más los años que suceda lo mismo, implorando salud para todos.

Y es que sin decir nada, con tan solo mirarle a los ojos ya se lo estamos diciendo todo, sabiendo que sin articular palabra, ella conoce nuestros sentimientos.    
Por todo esto y con todas mis fuerzas grito: ¡Viva la Virgen del Pino!


Juan Santana Méndez  

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