Escribe Paco Mira:
ES HORA DE CAMBIO,
INCLUSO PARA LOS CURAS
INCLUSO PARA LOS CURAS
Es curioso como en ciertas momentos de la vida, procuramos
cambiar, cambiar hasta de imagen: ¡quien no va a una boda y se compra ropa!,
¡quién no va de viaje y se compra ropa!, ¡ quien no va de vacaciones... e incluso
la ropa de las vacaciones del año pasado, ya no sirven!. Da la impresión como
que necesitamos cambiar algo en nosotros que nos haga diferentes, que nos
identifique con la nueva situación que vamos a vivir y sin embargo, nosotros
somos los mismos. Curioso.
Pero me da la impresión que esto nos
sucede, porque vivimos en el primer mundo. El que no tiene opción de plantearse
las preguntas del viaje, de la boda, de las vacaciones.... las tiendas las mira
de pasada, quizás con una cierta envidia sana, quizás pensando en que podría
estar dentro de la tienda... pero continúa de largo, siendo él mismo y pensando
lo que puede comer mañana pero no la ropa que se pondrá para la comida.
El evangelio de esta semana, es curioso
que nos invita a ciertas estrecheces. Incluso nos invita a apretarnos el
cinturón un poco más. Y si nos miramos en el espejo, lo más probable es que a
muchos nos haga falta para que nos cierren los pantalones. Jesús (Lc 13,22),
nos invita a estrecharnos, "procuren
pasar por la puerta estrecha". En la vida no es lo más apetecible.
Muchos pensarán que el gobierno bastante nos aprieta para que encima el
evangelio nos apure un poquito más.
Sin embargo no podemos quedarnos quietos
ante las situaciones que la vida nos ofrece, de una manera o de otra. Creo que
vivimos, a nivel de fe, en una situación de demasiada comodidad; en una
situación en la que la vida del que tengo al lado me importa lo justo y
necesario como para decir, no es mi
problema, bastante tengo con lo mío. Dice el propio Jesús que cuando
toquemos en la puerta, el dueño de la casa dirá que no nos conoce. Pondremos
una cara como diciendo, pero bueno si lo conozco de toda la vida.
Lo más probable es que nosotros vamos a
misa y cumplimos con el precepto; lo más probable es que recemos el rosario con
mucha frecuencia; lo más probable es que muchos recen el oficio divino, la
liturgia de la Iglesia y... creemos que lo tenemos todo conseguido... vivimos
en la seguridad del deber cumplido.
En este mes en que muchos de nuestros
curas cambian de destino parroquial, es bueno vivir en la inestabilidad. En
estar siempre atentos a las circunstancias de los pueblos y comunidades que nos
toca pastorear. Es bueno no vivir siempre en la comunidad en la que llevo toda la vida. Es bueno que se oxigenen
ellos y las comunidades. Me gustaría felicitar a todos los que se quedan porque
llevan poco tiempo, a los que se van porque llevan mucho tiempo, a todos porque quieren vivir en la inestabilidad que nos da la
incertidumbre de las estrecheces de la vida.
Me gustaría que todas las comunidades se
alegraran de los cambios, que se queden con las ganas de más de quien les ha
dado todo por el evangelio y que acojan al que llegue para que no se sienta
solo y desvalido. Es una forma de que el dueño de la casa nos abra la puerta y
no nos diga que no nos conoce.
El cristiano tiene que tener un punto de
diferencia en relación a los demás; el cristiano tiene que tener un punto por
el que se le distinga en su vida y en sus relaciones diarias. Sin duda el pasar por la puerta estrecha no
es pasar penalidades, sino tener ese toque que nos diferencia, nos distingue y
nos identifica. Cada uno sabrá cual es el que le corresponde. Jesús sabía el
suyo, pero nosotros, ¿lo sabemos?
Hasta la próxima.
Paco Mira
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