CARTA AL VIENTO
LA MÚSICA AMANSA A LAS FIERAS
Acabo de
saber que, dentro de unos días, el
Auditorio de nuestra capital va a acoger un espectáculo musical con el que
muchos canarios hemos soñado. Sabandeños y Gofiones, tinerfeños y grancanarios, cantando en el mismo escenario, compartiendo
canciones y expresando los mismos
sentimientos de amor a las Islas.
Fue
el dramaturgo inglés Willian Congreve
quien, en el siglo XVII, escribió aquello que todos hemos dicho alguna vez: que
la música amansa a las fieras. Y si no amansa
a las fieras, por lo menos sirve para transmitir paz y crear lazos de
unidad entre quienes la escuchan. Cuando se asiste a un concierto, la música
consigue que uno tome la mano del que
está al lado, aunque no lo conozca de
nada, y se unan para cantar o bailar al ritmo que marcan los instrumentos. Y
para compartir sensaciones de forma espontánea. Según un estudio hecho hace
unos años, escuchar música en el trabajo aumenta la moral de los empleados y la
unidad de los trabajadores en el 77 por
ciento de los casos.
A
mí me sorprende que muchos jóvenes se pasen una noche estudiando y preparando
exámenes mientras al mismo tiempo escuchan a Serrat o El Sueño de Morfeo. Cuando
les pregunto cómo pueden centrarse en lo que estudian oyendo canciones, la respuesta es siempre la misma: -Es que si
quito la música… entonces sí que no me no me concentro. Les pasa como a Rosa
que necesita escuchar música para dormir. Cuando la radio calla, entonces ella se
despierta. La música es una buena medicina.
En
esta semana santa, me contaba Eloísa, entré a la iglesia con la única intención
de mirar los tronos preparados para la procesión. Entré de curiosa. Además, un
poco cabreada porque me habían hecho trabajar el viernes santo. Había silencio
en el templo y una musiquilla suave que parece que te entraba por todos los
poros del cuerpo, que te transportaba a otra dimensión. Miré los tronos y casi
automáticamente, sin tiempo para pensarlo, me vi sentada en un banco donde pasé una hora de verdadera
felicidad. Salí de la iglesia más relajada que cuando voy a una sesión de
masaje. La música logró lo que había intentado conseguir con otros medios.
Sí. Ya sé que hay otros sonidos, otras músicas
que a veces pueden conseguir lo contrario. Pero una Isa, una malagueña, el
arrorró o una folía ponen los pelos de punta a cualquier canario. Son
melodías que sólo logran unir. Cuando
uno sale de esta tierra se emociona cantando o escuchando Sombras del
Nublo o Ay Bajamar. Da lo mismo. Y si un
día, en el auditorio de Gran Canaria o de Tenerife o en El Hierro o donde sea,
somos capaces de juntar las voces y cantar las mismas melodías, estaremos
construyendo unidad. Y de verdad.
Cuando Gofiones y Sabandeños salgan juntos
al escenario en los próximos días, algo
puede cambiar en nosotros. Seremos
capaces de unir todas las manos, no importa de qué lugar sea cada uno. Y
estaremos sentados diciendo no quién canta mejor o peor sino descubriendo que,
gracias a la música, todos somos un poco más buenos o poco más comprensivos. Un
poco más mansos. Un poco más felices. Un
poco menos fieras.
P.D.
Quiero felicitar a los colaboradores de la
emisora parroquial Radio Tamaraceite que hicieron la última entrevista que la actriz y cantante
Sara Montiel, recientemente fallecida, concedió a un medio de comunicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar.