- ¿Lavarme Tú a mí los pies?
- ¿Lavarme Tú a mí los pies?
- Y si es necesario, Señor,
- todo mi pobre ser.
- ¡Lávame y purifícame!
- Hazme comprender que, el camino del servicio
- es una llave que abre la puerta del cielo
- Que el servir, aún sin ser recompensado,
- es garantía de que soy de los tuyos.
- Por eso, Señor, ¡lávame!
- Pero, te pido Señor, que no te inclines demasiado
- Soy yo quien, en este Jueves de tanto amor,
- necesito plegarme en mi orgullo
- Soy yo quien en estas horas memorables,
- estoy llamado a conquistar tu corazón
- ofrendándome a los hombres.
- ¡Lávame, mi Señor!
- Para que, mis manos,
- puedan acariciar rostros doloridos
- Para que, mis pies,
- puedan acompañar hermanos perdidos
- LO QUE QUIERAS, MI SEÑOR
- Me has amado y, al amarme,
- brota en mí lo que Tú sembraste:
- amor por los que me rodean
- amor hacia los que me piden
- pasión por los más débiles
- Sí, mi Señor; haré lo que Tú quieras
- Porque, si algo tiene el Jueves Santo,
- es Misterio de amor y de ternura
- Misterio de Sacerdocio y aroma de Eucaristía
- Misterio de tu presencia
- que siempre permanecerá y estallará en el altar
- LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR
- Porque, cada vez que comamos de este pan,
- Porque, cada vez que bebamos de este vino,
- recordaremos tu querer y tu deseo
- nos llenaremos con tu Memorial y tu Palabra
- con tu gesto de siervo arrodillado.
- LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR
- Sólo te pedimos una cosa:
- que nunca nos falte la Eucaristía
- para estar eternamente a Ti unidos
- Amén
jueves, 28 de marzo de 2013
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