jueves, 4 de octubre de 2012

SI SE MUERE, CULPA DEL MÉDICO, SI SE SALVA, FUE JOSÉ GREGORIO

Un cuento de Francisco Alberto Obregon Abenante
Les invito a leer esta historia escrita por el venezonalo Francisco Obregón. Francisco está unos días en Gran Canaria con ocasión del nacimiento de su nieto Carlos. Y nos ha ofrecido una colección de interesantes narraciones. Una de ellas es ésta, muy simpática, que tiene que ver con la devoción que en Venezuela hay por José Gregorio, un cristiano a punto de ser canonizado.  Disfruten de la narración.


SI SE MUERE, CULPA DEL MÉDICO, SI SE SALVA, FUE JOSÉ GREGORIO

Tenía sesenta años, pero de constitución recia y tenia gran movilidad, pero poco a poco fue sintiendo dolores en todo el cuerpo y en especial en los huesos que la mantenían casi paralítica...

La familia consultó con médicos y se temió inicialmente por un cáncer óseo, pero este tipo de cáncer por lo general es un cáncer final producido por metástasis de un cáncer inicial en otros órganos...

La familia decidió consultar a un grupo de médicos oncólogos, medicina interna, psiquiatras. Especialistas en dolores.
 
Fue sometida a exámenes clínicos. Tomografías generales, resonancia, etc.
 
Al tenerse todos los resultados, se efectuó una junta medica.

•Opina el oncólogo. Las tomografías no revelan indicios de tumores formados, ni siquiera incipiente, por lo que descarto algún tipo de cáncer.

•Opina el internista. Los exámenes de laboratorio, asombrosamente muestran los índices dentro de lo que consideramos normales.

•Opina el Psiquiatra. Mis conversaciones con la paciente no me revelaron síntomas de disfunción cerebral, por el contrario me parece una persona cerebralmente bien organizada, sin embargo acota, los dolores recurrentes pueden inducirla un daño cerebral grave e irreversible, por lo que la cura, si la hay debe ser perentoria.
 

•Opina el especialista en dolores. Opino como el colega internista, no hay en sus exámenes de laboratorio ningún componente que pueda incidir en el sistema nervioso y sea la causa de los dolores.
 
Concluye la junta médica: No hay enfermedad real, pero los síntomas son reales, el caso es serio, ¿que hacemos?
 

El médico internista, el más joven del equipo propone:

¿Y si usamos un placebo? Este comprobado que el placebo induce a la generación de sustancia, que son auto curativas, pero el uso de un placebo debe estar acompañado de una escenografía adecuada que induzca a la paciente a tener esperanza real en una curación.

Una enfermera encargada del cuidado de la paciente, le comenta al grupo, que ha oído a la señora expresarse bien de los poderes curativos del Beato José Gregorio Hernández...

La junta médica elabora un plan de acción.
 
A la enfermera se le encomienda la tarea de hablar con la paciente y reforzarle la Fe en José Gregorio.
 El grupo en pleno, hablará con la paciente y le dirán que han descubierto el posible origen de sus dolores, pero que solo un grupo de médicos holandeses están trabajando en la investigación de la cura. Nos vamos a poner inmediatamente en contacto con ellos, y explicarle lo que hemos encontrado como posible., mientras tanto, es importante que usted mantenga una fe inquebrantable sobre su curación, por que esto llevará algún tiempo- 
Una semana después de la formulación del plan, visitan a la paciente y le comunican que ya se han puesto en contacto con los investigadores Holandeses y que éstos le han prometido ocuparse del caso y comunicarles de inmediato cuando obtengan algún resultado.
 
En la segunda semana vuelven a visitarla, y es la paciente quien inicia la conversación.

- Doctores ¿que noticias han tenido?
 
- Alentadoras señora, los investigadores nos han comunicado que han tenido progresos en la creación del medicamento.
 
La enfermera al cuidado de la paciente, ha tenido también progresos en reforzarle la fe en José Gregorio.
 
A la tercera semana y con gran solemnidad se presenta el grupo médico a comunicarle a la paciente que ya el medicamento está en Venezuela, y que apenas lo traigan de la aduana, procederán a inoculárselo, pues se trata de una inyección. Convienen que esto se hará dentro de dos días y sugieren que sus familiares mas allegados estén presenta para el acto de medicación que consistía en una inyección de simple dosis de agua azucarada.
 

Llegó el día y se escenifico un montaje en el que abundaban las estampas de José Gregorio y velas encendidas a petición de la paciente y en que otro medico ajeno al grupo y con apariencia de holandés, iba a efectuar la inoculación del medicamento.

La ansiedad de la paciente era notoria, así como la de sus familiares, a quienes no se les había informado nada del plan que se ejecuta.

Dos días después de la inyección, se visita a la paciente, que la encuentran muy animada y le preguntan:

¿Cómo se siente?

Responde muy bien Doctores.

¿Fue mi fe en José Gregorio ¿o el medicamento quien me curo?

José Gregorio por supuesto.
 
El medicamento nos salvó a nosotros.

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