***El pasado jueves, el papa Benedicto XVI proclamó, coincidiendo con los 50 años del Concilio Vaticano II, el comienzo del AÑO DE LA FE.
***Dentro de unos días, un grupo de jóvenes de la parroquia van a recibir el sacramento de la confirmación.
***El evangelio de Hoy (Marcos) cuenta la historia de un joven que se acercó a Jesús con una pregunta. Qué debo hacer para heredar la vida eterna, para salvarme?
También a la parroquia se acercan algunos jóvenes con preguntas. Distintas, pero que tal vez indican lo mismo:
¿Qué tengo que hacer para confirmarme? ¿Qué puedo hacer para ser mejor cristiano,? ¿En qué puedo colaborar en la parroquia?
También los chicos y chicas se acercan a veces con acusaciones hacia los que venimos a misa.
-Si ustedes son cristianos, por qué no comparten más.
-Si ustedes vienen a la Iglesia, por qué no tratan mejor a los demás.
Si ustedes tienen fe, por qué critican o por qué no hacen caso a lo que dice Jesús?
Ustedes saben que generalmente, como párroco, me pongo de parte de la gente joven. En verdad, me gustaría tener la misma actitud de Jesús.
*****Jesús no reprocha, no echa en cara al joven que esté tan apegado al dinero. Dice el evangelio que SE LE QUEDÓ MIRANDO CON CARIÑO.
*****A lo mejor en la familia y en la Iglesia hemos tenido una actitud intransigente, exigente. Hemos comentado los fallos de los chicos pero nos ha faltado hacerlo con cariño.
******Dice la tradición que, pasados unos años, aquel joven, atraído por la ACTITUD de Jesús hizo caso a la invitación de Jesús y vendió lo que tenía, dio el dinero a los pobres y le siguió.
***LA FE no puede ser impuesta. La fe es un un don que Dios nos da y podemos aceptar o no.
Me encanta que los chicos y chicas, vengan a la parroquia, se apunten a la confirmación o a ser catequistas. También a mí a veces me dan ganas de decirles: Tienen que venir más a misa, tienen que leer el evangelio, tienen que rezar más, tienen que gastar menos en trajes y otras cosas y compartir más. Pero me acuerdo de Jesús y pienso que la fe se transmite con el ejemplo, con el respeto, con la libertad… con el cariño.
Lo pienso para mí y para ustedes.
Ayer en la caminata me alegró escuchar a algunos niños hablar de la oración y hablar de la catequesis con naturalidad, con alegría. La pasada semana me alegró ver a los jóvenes sentados aquí, con sencillez, con naturalidad y hablando del evangelio.
Tal vez esa sea nuestra primera clase de este año de la fe. Vamos A TRANSMITIR NUESTRA FE EN JESÚS… CON CARIÑO. Como lo hacía Jesús. Tal vez ahora parezca que no nos hacen caso. Pero con el tiempo, como el joven del evangelio, es posible que retome el camino de Jesús.
Y, en todo caso, lo importante es que, más que con nuestras palabras, prediquemos con el ejemplo. Por eso también es bueno escuchar y aceptar esas acusaciones que a veces nos hacen y que no están faltas de razón.
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