viernes, 2 de diciembre de 2011

Un madre cuenta las presiones que recibió para que abortara a un bebé con discapacidad




Hace algo más de un mes, una pareja amiga, B. y P. , vecinos de mi parroquia,
 me contaron las presiones que tuvieron en  el Hospital Materno Infantil
 para que abortaran, ya que su hijo iba a nacer con síndrome de Down. 
Ellos siempre dijeron que iban a aceptar y a querer a su hijo a pesar 
de que tuviera algún tipo de minusvalía. Y C. nació y está recibiendo 
el cariño de sus padres y no se arrepienten en ningún momento 
de no haber cedido a las presiones.  Ahora me he tropezado 
con este artículo que cuenta una experiencia parecida.
 Lo publico en el blog dedicado cordiamente a B. y P.
 ¡Gracias por su amor y respeto a la vida!


«No acertaron en nada de lo que nos dijeron»
Un madre cuenta las presiones 
que recibió para que abortara 
a un bebé con discapacidad
Bernardette sufrió una constante presión para que abortara.
Ella se negó rotundamente, y ahora su hija es una niña alegre
y sana de cuatro años.








  

El embarazo era algo normal para el matrinomio de Bernardette y su esposo Phil ya que habían tenido siete hijos, y pensaba que ya era suficiente para formar una familia de lo más completa. Pero cual fue su sorpresa, cuando este matrinomio de Estados Unidos, se encontró con que Bernardette estaba de nuevo embarazada. Sería su octavo hijo al que pondrían de nombre Hannah.

Aunque el embarazo fue inesperado, Bernadette y Phil estaban felices al ser bendecidos con otro hijo. Pero durante la primera ecografía, lo que iba a ser algo rutinario ya que el matrimonio contaba con una amplia experiencia, 

el ecógrafo encontró alguna anomalia, y el médico muy 
soprendido, abandono la consulta para hablar con otro doctor. 
“Lo que estoy viendo en la ecografía no es bueno”, dijo el doctor a los 
Smith después de ver la ecografía en la pantalla.
Bernadette le dijo al doctor que necesitaba hablar con un 

especialista y recibir una segunda opinión para saber con 
certeza cual era el problema, ya que el médico que le realizó la ecografían 
no le dio ningún detalle.

Visita al especialistaEl edificio en el que estaba el especialista

 fue el primer signo de preocupación a los ojos de Bernardette,
 ya que comentó que el edificio era oscuro y que eso la hizo tener 
una sensación de intranquilidad muy grande desde el comienzo.
Después de una serie de preguntas para examinar su salud, hábitos

 alimenticios y la historia familiar, los Smith recibieron 
finalmente un diagnóstico sobre Hannah, el hijo que
 estaban esperando: Su hijo tiene "Trisomía 18", es decir, 
un trastorno genético, también conocido como
 Síndrome de Edward, que está causado por una copia
 extra de un cromosoma en el ADN de una persona.

Este trastorno puede causar distintos tipos de defectos 

e nacimiento, y según los Institutos Nacionales de Salud, 
solamente sobreviven en el proceso de nacimiento
 la mitad de los bebés nonatos diagnosticados, y los
 que sobreviven tienen una prognosis extremadamente pobre.
El especialista les insinua abortarBernadette contó que 

el especialista le dijo que su embarazo era muy complicado y 
que su hijo moriría durante el embarazo o moriría casi
 inmediatamente después de nacer. El especialista les dijo con 
franqueza a la pareja que ellos tenían otro opción. Bernardette 
dijo que aunque el especialista no lo mencionó, todos en la sala 
sabían que “opción” era: abortar. Phil dijo muy claro que ellos
 no iban a abortar, pero eso no le sentó muy bien al especialista.
El especialista les dijo que era un error si no abortaban
Afortunadamente para Hannah, Bernadette y Phil creían
 fuertemente en el derecho a la vida para todos los niños nonatos.
 Pero estar firme en sus convicciones no les sirvió de mucho ya
 que el especialista siguió insistiendo en la opción de abortar. 
Bernardette afirmó que el doctor le dijo que con siete hijos, 
ya no tenían necesidad de tener otro más y que sería 
un error que gastarán tiempo y dinero en ella atendiendo a 
un mal embarazo.

El miedo intentó apoderarse de mí, pero yo no hice caso 

a esas palabras”, dijo ella. “Escuché una voz que me decía que
 tenía que luchar y seguir adelante con mi hijo.

Las presiones para abortar no cesabanBernadette dijo que

 seguía sintiéndose agobiada y presionada por lo médicos 
durante todo el embarazo. De hecho, su ginecólogo le dijo 
que no quería continuar atendiéndola, y ella le pidió por favor 
que siguiera como médico suyo. Bernardette llegó a tararear 
todos los días una frase que era "ella vivirá" para poder
sacar todas las fuerzas que le quedaban y así olvidarse
 de toda la parte negativa de la historia.

Y Hannah nacióA pesar del pesimismo, Hannah nació 

el 19 de junio del 2007. Los médicos decían que Hannah 
probablemente moriría antes de nacer, pero ella nació una 
semana más tarde mediante una cesárea. Hannah no 
respiraba al nacer, pero siguió firme la fe de 
Bernardette respecto a que su hija viviría.


La experiencia de los Smith 

con los profesionales médicos
 al final no fue del todo 
desagradable. ComoHannah
 estaba en cuidados
 intensivos debido a su 
dificultad al respirar, 
el hospital les aconsejó
 que se quedarán más 
tiempo allí para poder 
vigilar más cerca a la 
pequeña.Afortunadamente, Bernadette pudo hacerse amiga de
 algunas enfermeras e inclusive dirigió estudios bíblicos con
 ellas mientras estaba en el hospital. Una enfermera en
 particular le prometió a Bernardette que la ayudaría a
 llevar a Hannah a casa. “Nuestro médico de familia fue 
bueno a lo largo de todo el proceso, él fue el que nos animó”, dijo ella.
Años después del nacimiento, Bernadette se encontró con 

una de sus antiguas enfermeras. Contó que la enfermera fue 
muy tierna, pensando que todas las predicciones respecto al 
destino de Hannah se habían hecho realidad, y se emocionó al 
descubrir cual había sido el final de la historia.

Cuatro años después, Hannah es una niña alegre y se ríe 

constantemente, dijo Bernardette. Hannah ha tenido varios
 problemas, incluyendo un agujero en su corazón y que tiene 
dificultad para caminar y hablar por sus propios medios, 
pero ella es una niña inteligente y que lo que importa 
es que está viva.
“Todo lo que dijeron resultó equivocado”, dijo ella. ¿Qué hubiera 

pasado si yo hubiese abortado?”. Bernadette dijo que los médicos
 que fueron pesimistas a lo largo del embarazo, se creían que con esa 
actitud estaban ayundándole, pero lo único que hacían era dejar a 
Hannah sin niguna esperanza. Ellos solamente pensaban que un niñó 
con discapacidad solo trae problemas a al familia y que lo mejor era 
que abortaran.

Bernadette está escribiendo un libro para denunciar 

su historiaBernadette es enfática en su deseo de ayudar a otras 
a enfrentar embarazos críticos, y está trabajando en un libro 
para contar toda su historia. Ella dijo que lo más importante
 para las personas que enfrentan un diagnóstico similar es no 
escuchar a lasnegativas que los médicos cuentan y que 
nunca hay que renunciar a la esperanza y a la
 fe en Dios. "Nunca hay que entregar a un hijo a 
la muerte", añadió.

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