Después de esto, le preguntaron al guardia cómo se le ocurrió abrir ésa puerta si no era parte de su rutina de trabajo ??. Él explicó: llevo trabajando en ésta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible.
Hoy me dijo “ hola ” a la entrada, pero nunca escuché - “hasta mañana” - Yo espero por ese hola, buenos días, y ése chao o hasta mañana - cada día. Sabiendo que todavía no se había despedido de mi, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré ”.
(¡¡Cuántas cosas se logran con detalles pequeños como un saludo, una sonrisa, un gesto amable!!)
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