domingo, 16 de enero de 2011

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Semana de oración por la unidad de los cristianos

Al menos una vez al año, muchos cristianos toman conciencia de la gran diversidad de formas de adorar a Dios, se conmueven y caen en la cuenta de que no es tan extraña la manera en que el prójimo rinde culto a Dios. 
El acontecimiento que desencadena esta experiencia única se conoce como la Semana de oración por la unidad de los cristianos. Congregaciones y parroquias de todo el mundo toman parte en la semana de oración, que se celebra tradicionalmente del 18 al 25 de enero (en el hemisferio norte) y en torno a Pentecostés (en el hemisferio sur). Durante este período, se intercambian los púlpitos y se organizan oficios ecuménicos especiales. 
Cada año, se pide a los asociados ecuménicos de una región concreta que preparen un texto sencillo sobre un tema bíblico. Después, un grupo internacional de participantes patrocinados por el CMI (protestantes y ortodoxos) y católicos romanos edita este texto y se asegura de que está relacionado con la búsqueda de la unidad de la iglesia.
El texto es publicado conjuntamente por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el CMI, a través de su Comisión de Fe y Constitución, que también acompaña todo el proceso de producción del texto. El material final es enviado a las iglesias miembros y las diócesis católicas romanas, a quienes se invita a que traduzcan el texto y lo contextualicen para su propio uso.
Texto bíblico
(Hch 2, 42-T47)
Todos se mantenían constantes a la hora de escuchar la enseñanza de los apóstoles, de compartir lo que tenían, de celebrar la cena del Señor y de participar en la oración. Todo el mundo estaba impresionado a la vista de los numerosos prodigios y señales realizados por los apóstoles. En cuanto a los creyentes, vivían todos de mutuo acuerdo y todo lo compartían. Hasta vendían las propiedades y bienes, y repartían el dinero entre todos según la necesidad de cada cual. A diario acudían al Templo con constancia y en íntima armonía, celebraban en familia la cena del Señor y compartían juntos el alimento con sencillez y alegría sinceras. Alababan a Dios, y toda la gente los miraba con simpatía. Por su parte, el Señor aumentaba cada día el grupo de los que estaban en camino de salvación

Oración


Dios todopoderoso y misericordioso, que con gran poder has reunido a los primeros cristianos de Jerusalén por el don del Espíritu Santo, desafiando así el poder humano del Imperio romano. Haz que, como la primera Iglesia de Jerusalén, podamos reunirnos en la dignidad de predicar y vivir la buena noticia de la reconciliación y de la paz, por todas partes donde existen desigualdades e injusticias. Te lo pedimos en nombre de Jesucristo que nos libera de los vínculos del pecado y de la muerte. Amén.

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