Cartas al viento |
FALTA DE SOLIDARIDAD
EN EL CIELO
Estaba yo escuchando tranquilamente la radio. De repente, llegan las noticias y empiezan con el primer titular: “Problemas en el cielo por la falta de solidaridad”. ¿Problemas otra vez en el cielo? ¿Habrá habido una nueva rebelión de los ángeles como la capitaneada por Luzbel? ¿Pero no es cierto que en el cielo sólo hay paz y alegría y mucha tranquilidad? El informativo siguió dando los titulares y más tarde aclaró (¡¡uff, menos mal!) que se trataba de una huelga insolidaria de controladores en Francia.
Mientras eso ocurría, un niño refugiado en Grecia mantenía en sus manos una pancarta que decía: “Siento lo de Bruselas”. Eso sí es solidaridad. Generalmente los mejores gestos solidarios los vemos en quienes peor lo pasan. Pero con mucha frecuencia desvirtuamos las palabras y las frases quitándole todo el sentido.
Un futbolista marca el gol de la victoria y coinciden muchos medios al titular que el delantero fue un héroe. ¿Es un acto heroico que un hombre a quien se le paga por marcar goles los marque? Se deben considerar heroicos los actos de un valor excepcional. Y esto no ocurre todos los domingos por la tarde. Lo mismo pasa con la palabra solidaridad a la que poquito a poco hemos devaluado y la aplicamos a gestos de bondad no necesariamente solidarios.
Somos solidarios cuando nos unimos para colaborar y conseguir mejorar la vida de las personas. Cuando ofrecemos ayuda desinteresada a los demás. Los jóvenes del barrio de Las Rosas (Agüimes), por poner un ejemplo, se unieron para hacer una actividad y reunir fondos y ayudar a familias necesitadas a través de Cáritas. Precisamente en los años de crisis económica han surgido muchas iniciativas solidarias encaminadas a que otras personas sufran menos. Lo contrario que ha ocurrido con la Europa rica que cierra las puertas a los refugiados. O los que, descaradamente, sacan su dinero del país huyendo de colaborar con la sociedad en la que trabajan y viven. Solidaridad es pagar religiosamente los impuestos con el fin de que sean bien empleados en beneficio de todos. Solidaridad es ser hospitalarios con los que huyen de la guerra o el hambre. Y sentir vergüenza de la insensibilidad de muchos de nuestros políticos. Y colaborar en esas pequeñas cosas en las que nos retratamos cada día: poner la cruz o las cruces en la declaración de la Renta. O colaborar a mantener limpios nuestros pueblos y ciudades. Y reciclar. Y saludar por la calle. Y no querer ser el primero en todos los lugares. Y acompañar a una familia en momento de duelo. Y cooperar con proyectos en países empobrecidos. Y apoyar las iniciativas sociales de los municipios. Y participar en la vida de los pueblos. Y crear buen ambiente en nuestras comunidades. Y valorar los trabajos bien hechos.
El hombre y la mujer somos seres nacidos para la solidaridad. Cuando no lo somos, cuando toda nuestra vida gira sólo en torno a nosotros, somos menos humanos.
Puede que en el cielo de los controladores franceses las cosas hayan ido mal. Puede que muchas veces no sólo hayamos devaluado las palabras. Es seguro que, desde el cielo de los cristianos, lo que se nos pide es solidaridad y mucho más. Por eso yo cambiaría el titular de la emisora de radio por un deseo: “Aunque falta solidaridad en el cielo (de Francia), aumenta entre los habitantes de la Tierra”. Ojalá.
PRIMERA CARTA AL APÓSTOL
SAN PABLO DESDE CHIPRE
Admirado Pablo de Tarso: Te escribo desde Chipre, a donde he venido con compañeros de Cuenca, Madrid y Canarias. Hemos llegado aquí intentando encontrar las huellas de tu paso por esta Isla. Y las hemos encontrado. Pisamos con cariño y respeto este lugar en donde tú estuviste anunciando el evangelio con tu amigo Bernabé. Hemos estado en Pafos donde te enfrentaste a un mago, un falso profeta (Hechos 13) que engañaba a la gente declarándose hijo de Jesús. Pienso que seguimos rodeados, y no solamente en Chipre, de falsos profetas que anuncian y prometen y engañan. Magos que, por puro amor al dinero, no tienen escrúpulos en quedarse con el dinero y las ilusiones de aquellos a quienes logran engañar. Lástima que ya tú no andes entre nosotros para invitarte a hacer un viaje a nuestra tierra. Y lástima que a muchos cristianos de esta generación nos falten la fuerza y la fe tuya para, sin miedo, desenmascarar a quienes se esconden tras la careta de la política o la religión buscando el propio beneficio. Es una pena que no seamos los suficientemente decididos como tú lo fuiste para anunciar sin miedo a Aquel que dio la vida por la causa más noble posible.
Hemos visitado Salamina, la patria de tu amigo Bernabé, y rezamos ante su tumba en una zona que actualmente está ocupada por turcos musulmanes y donde han hecho desaparecer todos los signos cristianos de las viejas iglesias y catedrales. Tengo que decirte, Pablo, que también en nuestra tierra se están destruyendo muchos signos cristianos y no me refiero sólo a las cruces. Algunos dicen que es señal del progreso. Pero cuando leo tus cartas y la pasión que ponías, pienso que lo que nos falta a nosotros es esa fortaleza tuya para luchar no contra los que no admiten señales de Jesús en su vida sino para los que, llamándonos cristianos, nos acomodamos a la vida fácil y somos un mal ejemplo para los demás. Tendremos que leer y meditar más tus escritos y el Libro de Los Hechos de los Apóstoles.
Un ortodoxo en una exposición de iconos |
En nuestra visita a esta Isla de Chipre, acompañados por Nina, Bianca y Fela como guías, hemos tenido ocasión de visitar y dialogar con cristianos que ahora se llaman ortodoxos en su mayoría. También hay unos pocos miles de católicos maronitas. Ha sido una experiencia gratificante descubrir que, a pesar de la división de ritos y tradiciones, unos y otros se respetan mutuamente. Recordamos, Pablo, tus llamadas a la unidad de los creyentes cuando escribías a los corintios. También ahora estamos saboreando algunos gestos de unidad entre diferentes Iglesias separadas. Gestos pequeños pero que indican que hay voluntad de hacer caso a Jesús de Nazaret cuando nos decía que la mejor señal de nuestro seguimiento a Él es estar unidos.
Y pienso no solamente en la Iglesia. Mi pensamiento se va rápidamente a las situaciones políticas que se viven en nuestro país o aquí en Chipre. Mientras en España los políticos se pelean y no son capaces de llegar a un acuerdo porque todos quieren gobernar, en Chipre hemos encontrado una Isla más dividida aún. El Norte fue invadido. Y en Nicosia, la capital, hemos encontrado las alambradas o bidones que separan a la población musulmana de la cristiana.
Catedral convertida en mezquita en la zona ocupada de Chipre |
Si te digo la verdad, Pablo, como suele ocurrir en casi todos los viajes, una de las mejores experiencias en Chipre está siendo la convivencia, unión y buen rollo entre los compañeros llegados aquí: Alejandro, Higinio, Antonio, Ignacio, Daniel, Carlos, Antón, Isidro, José Carlos y José María. Todos estamos aprendiendo mucho de esta tierra y de los amigos y mucho de ti, amigo Pablo de Tarso. Estar en Chipre está significando un especial encuentro contigo a través de las huellas que has dejado y que la Iglesia cuida con tanto esmero.
Nos gustaría regresar a nuestras parroquias llenos de entusiasmo por lo aquí vivido y poder decir a nuestros feligreses lo mismo que tú decías, por ejemplo a los filipenses: “Doy gracias a Dios cada vez que me acuerdo de ustedes. Les recuerdo en mis oraciones a cada instante. Y lo hago con alegría.” (Filipenses, 1). Desde aquí, este mismo saludo que te copio para mis comunidades de Cruce de Arinaga e Ingenio.
MENTIRAS COMO CATEDRALES
*Cuando los alumnos llegaron a la Plaza de Santa Ana, el profesor contó historias de la conquista de la Islas y el Real de Las Palmas y el majestuoso edificio del ayuntamiento. Un alumno ingenuo preguntó si podían pasar a ver la catedral y el nada ingenuo maestro afirmó que no porque era un edificio de los católicos sin saber, el pobre, que el edificio de los católicos es, probablemente el más importante monumento de las Islas Canarias. Y el muchacho ingenuo se quedó de piedra y comentó por lo bajo que qué vergüenza que no sepamos valorar nuestro patrimonio canario al margen de ideologías. Y que es muy triste que los canarios viajemos tanto a ver obras de arte y arquitectura fuera de nuestras islas y no conozcamos ni apreciemos lo que aquí tenemos.
*Se pasaba el día enviando preciosos mensajes de móvil que hablaban de solidaridad con una niña enferma. Y de lo peligroso que es abrir un correo que contiene un troyano que yo no sé lo que es. Y advirtiendo de que si mandas veinte mensajes tontos a veinte personas que deberán enviarlo a otras tantas, vas a poder hablar gratis y harás felices a muchos. Y que por favor no descuelgues el teléfono si te llaman del 99839567 765438 porque te quitarán todo el dinero que tienes el banco y a lo mejor hasta el que tienes bajo el colchón. Y que mucho cuidado porque anda suelto un estafador en un coche blanco como si hubiera uno solo. Y gracias a esos amigos tan solidarios, uno anda siempre asustado porque te van a secuestrar desde que te descuides. El remitente de mensajes tan alarmantes no se ha enterado, sin embargo, de que su vecina de al lado está enfermita y lo que le va a hacer sonreír y tener un momento feliz es una sencilla conversación amable sin móviles de por medio. Pero el solidario no tiene tiempo porque está enviando mensajes solidarios.
Catedral de Santa Ana y Francisco con jersey azul |
Pintura de Jesús resucitado en la catedral de Santa Ana |
Los niños siempre van a lo esencial.
*Todo esto que hoy les he contado pasó de verdad. Pasa de verdad. Hay quienes dicen mentiras como catedrales y quienes descubren la verdad allí, justo en la catedral de Santa Ana.
LA MAGIA DE RADIO TAMARACEITE
La frase no es mía. Se la escuché al profesor Jesús Páez, catedrático de Literatura. Él estaba en el tribunal donde un alumno del Máster de Periodismo hablaba con entusiasmo de la entonces recién estrenada emisora. Cuando acabó la ponencia, Jesús Páez, casi tan entusiasmado como el ponente, dijo a todos: Radio Tamaraceite, si todo eso que acabo de oír es cierto, es una emisora mágica que hay que apoyar.
Han pasado 20 años y la magia ha continuado. Una emisora sin ningún fin comercial ni lucrativo, nacida en las entrañas de un barrio en las afueras de la capital y que, a pesar del tiempo transcurrido, se sigue manteniendo con la misma filosofía pero adaptándose al momento actual.
Les cuento cómo empezó todo. A finales de 1995, los niños de 8º de EGB del Colegio Adán del Castillo en Tamaraceite hicieron un festival bajo la dirección de Guillermo Cabrera, Conchi Moreno, Mari Afonso y el grupo Adeuna. La gente pagó su entrada y se recaudaron cien mil novecientas pesetas. Y en un gesto de confianza hacia la parroquia, quisieron entregarle todo lo recaudado. El cura, que también estaba en el acto, ante las 200 personas que llenaban el local anunció, entusiasmado, que esta iba a ser la primera aportación para la emisora Radio Tamaraceite. La gente, que no conocía el proyecto que ya estaba rondando en algunas cabezas, creyó que se trataba de una broma y sonrió. Pero al mes siguiente ya se había empezado la obra. Un viejo baño de 12 metros cuadrados en los salones parroquiales fue el lugar elegido. Se hizo una separación con una mampara de madera y ya sólo faltaba comprar los equipos. Para buscar medios se contó con la actuación del grupo Chácaras, una verbena, una tómbola y los donativos de algunos simpatizantes de la idea.
En enero de 1996 ya empezó a hacerse la instalación a cargo de los técnicos Manolo Verona y Gregorio González. Se empezó a emitir con 100 vatios, un bipolo y un equipo casero de cassette. El domingo 4 de febrero empezaron las primeras pruebas y las primeras alegrías. La primera canción que salió a las ondas fue de Mecano. Y estas, las primeras palabras: Estamos en pruebas. Esto es Radio Tamaraceite. Si alguien nos escucha, que nos llame, por favor e indíquennos con qué calidad se oye”. No se disponía de línea telefónica, pero se usó el inalámbrico de la parroquia. Y rápidamente, sin haberse avisado a nadie de que se iba a empezar a emitir, se sucedieron las llamadas: De Tamaraceite, de Los Giles, del Palmar de Teror, de Guanarteme…. Y los que allí estábamos nos llenábamos de emoción cada vez que alguien llamaba y nos decía: Sí, les estamos escuchando.
Al día siguiente, a partir de las cinco de la tarde, empezaron las primeras emisiones con los programas de Jesús González, Juan ramón Brito, David Vicente, Menci, Tita…. Nadie tenía experiencia de hacer radio , pero allí estaban. Y el 9 de febrero de 1996 se hizo el acto inaugural con el apadrinamiento de Segundo Almeida (Onda Isleña) Máximo González (Canal Telde), Rogelio Vega (Radio ECCA), Gregorio Hernández (La Voz del Sur) y diversas autoridades municipales e insulares. El grupo Chácaras volvió a cantar y la emisora adoptó , como indicativo su tema más conocido,Tamaraceite bonito.
Han pasado 20 años llenos de anécdotas, de nombres de voluntarios que han ido dando credibilidad a esta radio. Poquito a poco se ha ido extendiendo y ya se escucha en toda la Isla y a través de Internet en cualquier lugar del mundo.
Hoy la emisora está muy bien dirigida por Raúl Arencibia que, en su adolescencia se formó como voluntario en la misma emisora. Más de mil jóvenes y adultos han colaborado en la radio. Con razón escribía alguien estos días: No eres de Tamaraceite… si no has estado en la radio del cura”.Consciente de que no es posible nombrarlos a todos, cito al menos a algunos que han dejado allí mucho de su vida: Margarita Martín, Almarca Ramírez, Esteban Santana, Juan Almeida, José Luis Martín, Olga Viera, Víctor Marrero, Félix Ramos, Samuel y novecientos y pico más. Para todos ellos el reconocimiento de todos los que hemos tomado parte en algún momento en este proyecto mágico. Porque es cierto lo dicho por el Profesor Páez: Radio Tamaraceite ha sido y es o un regalo de Dios o arte de magia. Yo creo que las dos cosas. Feliz aniversario, Radio Tamaraceite.
P.D. Este sábado a las 8,30 de la tarde el Teatro Guiniguada acogerá un espectáculo en apoyo a la emisora más mágica del dial.
NUNCA MÁS USAR LA VIOLENCIA Y SONREÍR.
Las noticias malas siempre son las que más se nos quedan grabadas en la memoria. Y, por desgracia, buena parte de las informaciones que nos llegan se refieren a hechos negativos: asesinatos, violencia de género, acoso… Pero algunas veces, junto a la noticia desagradable, aparece el hecho bonito y emotivo que vale la pena recordar. Porque, aunque parezca raro, la verdad es que la mayoría de los políticos son honrados; la mayoría de los funcionarios son buenos trabajadores; la mayoría de los curas son tolerantes y la mayoría de los periodistas rechazan el amarillismo y no disfrutan informando de lo mal que está el mundo.
En estos días, los colegios celebran el Día de la No violencia y la Paz, con ocasión del aniversario de la muerte de Gandhi. Hay que aplaudir que muchos centros de enseñanza realicen actos entre los alumnos para fomentar el diálogo, el respeto y la tolerancia. Y hay que aplaudir más fuerte aún a los profesores que no sólo cuidan celebrar el “Día” de la No violencia sino que procuran que a lo largo de todo el curso se trabajen y se vivan valores fundamentales como la paz y el diálogo. Y con más ganas hay que aplaudir a los niños y jóvenes que ponen la mejor nota de humanidad y de amor con gestos de un valor inmenso. A veces, intentando apaciguar a su padre o su madre en momentos de discusión. Y en otras ocasiones, mediando entre los compañeros para que no se use la violencia de las palabras que suelen ser el primer paso para pasar a la violencia física.
¿Quién no recuerda aquella foto de Alejandro, un niño de 5 años, separando al árbitro y al entrenador de un equipo de fútbol de pre benjamines? No se puede olvidar a aquel chiquillo de Gran Canaria. Alejandro se acercó por detrás de las dos personas mayores y estirando los brazos, les pidió que dejasen de pelear. Y lo consiguió. Y el público aplaudió. Alejandro sirve de ejemplo para algunos padres que no han aprendido todavía que el fútbol es un deporte. Y que en el deporte, además del ejercicio físico, se comparten otros muchos valores, más importantes aún, como el compañerismo, la humildad y el respeto. Las iras y apasionamientos de poco valen.
Gandhi decía que “existen muchas causas por las cuales estoy dispuesto a morir, pero ninguna por la cual esté dispuesto a matar. Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo”. Y Jesús de Nazaret, que sufrió la furia de sus mismos paisanos, nunca utilizó la violencia. Por eso Pablo de Tarso, cuando descubrió el mensaje cristiano y lo adoptó como suyo, pudo escribir aquello que tantas veces hemos leído: “Aunque hablara las lenguas de los ángeles, aunque conociera todos los secretos del saber, aunque tuviera mucha fe, aunque repartiera en limosnas todo lo que tengo, si me falta el amor, no soy nada”. Es decir que no hay camino para la paz. Que la paz es el único camino. Lo dijo Gandhi. Y lo practicó. También lo practicó el pequeño Alejandro y tantos niños y jóvenes que hoy nos lo recuerdan a los mayores.
Gandhi decía que “existen muchas causas por las cuales estoy dispuesto a morir, pero ninguna por la cual esté dispuesto a matar. Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo”. Y Jesús de Nazaret, que sufrió la furia de sus mismos paisanos, nunca utilizó la violencia. Por eso Pablo de Tarso, cuando descubrió el mensaje cristiano y lo adoptó como suyo, pudo escribir aquello que tantas veces hemos leído: “Aunque hablara las lenguas de los ángeles, aunque conociera todos los secretos del saber, aunque tuviera mucha fe, aunque repartiera en limosnas todo lo que tengo, si me falta el amor, no soy nada”. Es decir que no hay camino para la paz. Que la paz es el único camino. Lo dijo Gandhi. Y lo practicó. También lo practicó el pequeño Alejandro y tantos niños y jóvenes que hoy nos lo recuerdan a los mayores.
Las noticias malas de cada día, siempre nos dejan un pequeño hueco para encontrar lo bueno de tantas personas que, desde la humildad, practican el bien.
Permítanme hoy acabar con los versos de la canción de Antonio Flores que cantaban a coro los alumnos de un Instituto:
Si pudiera olvidar todo aquello que fui
si pudiera borrar todo lo que yo vi
no dudaría, no dudaría en volver a reír.