Escribe Paco Mira:
TERESA:
ALBANESA DE NACIMIENTO,
INDIA DE CORAZÓN
ALBANESA DE NACIMIENTO,
INDIA DE CORAZÓN
Los españoles somos muy dados a los refranes. Quizás, a veces,
no utilizamos las palabras adecuadas a lo que queremos aplicarlas, pero como
son como son no queda más remedio que hacerlo y creo que incluso si lo
cambiamos, el refrán pierde su sentido. Uno de ellos dice que "el burro no es de donde nace, sino de donde
pace". Lejos de mi intención aplicar la primera parte del refrán al
personaje al que me refiero, pero sí entiendo que es real como la vida misma.
Si les digo que Agnes Gonxha Bojaxhiu es de donde pace, de donde ha
desarrollado toda su vida, más que de donde nació, pues a lo mejor lo vamos
entendiendo. Para que lo sepamos, quiero rendirle un pequeño homenaje a Teresa,
sí la albanesa, pero la de Calcuta de toda la vida.
Este fin de semana, el Papa Francisco,
le va a dar un premio. Quizás no es un premio como ella quisiera, en metálico
para poder repartirlo entre los suyos, los pobres, como hizo en 1979 cuando
recibió el premio nobel de la paz. El premio que le va a dar es el
reconocimiento mundial a una labor que tiene que perdurar y por eso cada cuatro
de septiembre y para siempre recordaremos que su labor no puede caer en el
olvido.
Ojo, la labor de Teresa, de la madre
Teresa, es igual a la labor que muchos han hecho y siguen haciendo, quizás
desde el silencio o desde el anonimato, pero ella ha montado un poco más de
ruido por eso es conocida en todo el mundo. El ruido que ella hizo es el ruido
que tienen que hacer y de hecho hacen, los pobres de la tierra. Como ella misma
decía, "los pobres de los
pobres"; es el ruido que nosotros tenemos que oír para poder llevar a
la práctica el mensaje de un amigo, o eso decimos, llamado Jesús de Nazaret.
Ella, casi, trabajaba de noche. Recogía
a los moribundos de las aceras de Calcuta, antes que los camiones de la
limpieza los recogieran para llevarlos a los vertederos: ¡cuantos moribundos
sigue habiendo en las aceras de nuestra vida!. Solo para poder hacer eso, hay
que renunciar a uno mismo y entregarse, como ella lo hizo, a los otros. Es un
poco lo que refleja el evangelio de este fin de semana (Lc 14, 25): el que no renuncia a sus bienes no puede ser
discípulo mío.
Jesús, como Teresa, no es de medias
tintas: o somos o no somos. O nos ponemos manos a la obra, o renunciamos a
ella, pero no podemos dejarla a medias. Creo que somos unos cristianos, a
veces, un poco enclenques y nos dejamos llevar por las circunstancias. El amor
a Dios tiene que dar fuerza para el amor a los demás. Teresa de Calcuta lo
entendió no solo en la teoría sino también en la práctica.
Me hace gracia que nosotros siempre nos
estamos reuniendo para poder estudiar lo que tenemos que hacer para solucionar
los problemas del mundo. Ella, ya en 1975, decía que la acción tiene que estar por encima de las organizaciones. esto es
evangelio puro y duro. Basta de teorías, basta de folios escritos, basta de
libros.... si los pobres tienen hambre, si los desahuciados no tienen techo, si
los refugiados son perseguidos, si los niños son blanco fácil de las balas
absurdas de quienes nos quieren hacer entrar en razón en vez de dialogar...
¿por qué no nos ponemos manos a la obra?.
¿Por qué no
empezamos a actuar - ojo no solamente los cristianos - todos aquellos que nos
sentimos comprometidos por alguna causa?
Felicidades a "mamá Teresa" y
ojala que su ejemplo perdure en el corazón de todos.
Hasta la próxima.
Paco Mira
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